Todos, al menos una vez en la vida, son buenos. Tal podría ser el subtítulo de un tratado sobre el Boxing Day, centenario feriado de los ingleses.
El Boxing Day se celebra cada 26 de diciembre, es decir cuando todavía sigue latente el espíritu navideño y los ricos recuerdan que sus criados también son personas.
Cuenta la leyenda (una de ellas, la otra se remonta al reinado de un tal Wenceslao, en la Edad Media) que ese día los aristócratas británicos acostumbraban a hacerle regalos a su servidumbre. Los introducían en primorosas cajas (boxes, en inglés), de ahí el bautismo de la fecha.
Los señores y las señoras que lucían títulos nobiliarios también le daban el día libre a su gente y hasta le dejaba llevarse las sobras del atracón navideño.
La jornada de permisos, que tiene un parentesco remoto con los orígenes del carnaval por la supresión de rangos sociales, es también una jornada de intensa actividad futbolística.
Mientras en otros países de las principales sucursales de la pelota los jugadores descansan y se esconden del frío, en la Premier League se aprestan para una jornada intensa. La idea de programar una fecha el 26 de diciembre es ventilar un deporte de fans con público familiar. En especial niños.
Las buenas intenciones parecen tener su premio en este caso, porque los partidos del Boxing Day suelen deparar una gran cantidad de goles y emociones.
El año más prolífico que registran los archivos es 1963, cuando se convirtieron 66 goles en 10 partidos, con algunos resultados excepcionales, como el 10-1 del Fulham al Ipswich Town y el 8-2 del Blackburn Rovers al West Ham United.
El Boxing Day se instauró como feriado en las islas británicas en 1871. Pero el fútbol ya había marcado un hito un 26 de diciembre, más precisamente en 1860.
El deporte más popular del mundo era todavía un juego en busca de su forma definitiva. Faltaban tres años para la fundación de la Football Association (FA) y ni siquiera existía una reglamento estable.
Sin embargo, el Sheffield, uno de los pioneros indiscutidos en el desarrollo de lo que hoy es un negocio monumental, ya tenía su equipo y ansiaba dejar los partidos de entrenamiento y encontrar un rival. Percances de los adelantados.
Por fin apareció el Hallam FC, también de la industrial ciudad de Sheffield, y se armó el primer desafío de la historia. O mejor: el primer partido a nivel de clubes de la historia. La victoria fue para el Sheffield por 2 a 0. Las estadísticas no recogerían muchos más resultados en los años inmediatamente posteriores. Cabe recordar que el primer certamen formal que contemplan los anales del fútbol data de 1872, cuando se estrenó la FA Cup (Copa de Inglaterra). Aquella versión lejana contó con 15 participantes y quedó en manos de Wanderers, que derrotó en el partido final a Royal Engineers. La liga inglesa se fundó recién en 1888.
Siempre singulares, mientras sus congéneres a lo ancho del mundo se refugian en la intimidad del hogar y declaran un tiempo muerto en las actividades que los ocupan durante el año, los ingleses celebran a pelotazos, convocando multitudes.