Hay un centenar de partidos que fueron, son y serán considerados “el partido del siglo”. En cualquier charla de bar, asado o ronda de hinchas dispuestos a discutir, siempre saldrá el tema a relucir.
Las opiniones, por supuesto, tienen mucho que ver con las edades. Los más viejos podemos remontarnos más atrás en el tiempo, por lo que la oferta se agranda.
Sin embargo, sea quien fuere el que lleve la voz cantante, un partido se destacará por encima del resto: Italia 4-Alemania 3, por las semifinales del Mundial de México 70.
Las razones para elegirlo son varias.
Primero y principal, que fue tal vez el primer gran partido de lo que bien se puede considerar el fútbol moderno, que había asomado con fuerza en Inglaterra 66 pero que se consagró definitivamente en México 70.
En segundo lugar por la calidad de los equipos. Italia se había tomado un respiro del catenaccio (aquel sistema ideado por el austríaco Karl Rappan y luego perfeccionado por Nereo Rocco y Helenio Herrera) para darle paso a un juego más vistoso.
Y Alemania, esa máquina der ganar, ya se perfilaba como el equipo poderosísimo que cuatro años después se llevaría la Copa del Mundo en su país, al vencer a la maravillosa Holanda de Johan Cruyff.
Y por último, por la calidad individual de los jugadores. Con sólo repasar los nombres de Facchetti, Mazzola, Boninsegna, Riva, Rivera, Maier, Vogts, Beckenbauer, Overath, Seeler o Müller, alcanza. Por supuesto acompañados por otros próceres de la pelota.
Roberto Boninsegna abrió el marcador a los 8 minutos del primer tiempo con un remate desde afuera del área. De ahí en más, todo fue resistencia para Italia hasta que Schnellinger, a los 2 minutos de descuento del segundo tiempo obtuvo el empate. Una curiosidad: fue el único gol del marcador en sus 47 partidos internacionales.
Lo que vino de ahí en más fue toda una locura.
Müller puso el 2-1 para Alemania a los 4 minutos del primer tiempo suplementario y Burgnich igualó a los 8.
A los 14, otra vez Italia se puso en ventaja con gol de Luigi Riva. Müller apareció nuevamente para poner el 3-3 a los 5 del segundo tiempo suplementario y, un minuto después, llegó el tanto decisivo de Gianni Rivera. 4-3. Un partido memorable. Un partido de locura.
Disputado el 17 de junio de 1970, en el Estadio Azteca de México, ante 102.444 espectadores.
Italia: Enrico Albertosi; Roberto Rosato (Fabrizio Poletti), Tarcisio Burgnich, Pierluigi Cera y Giacinto Faccheti; Giancarlo De Siti, Mario Bertini, Angelo Domenghini y Sandro Mazzola (Gianni Rivera); Roberto Boninsegna y Luigi Riva. DT: Ferruccio Valcareggi.
Alemania: Sepp Maier; Berti Vogts, Bernd Patzke (Sigfrid Held), Willi Schulz y Karl-Heinza Schnellinger; Jürgen Grabowsli, Franz Beckenbauer y Wolfgang Overath; Hannes Löhr (Reihard Libuda), Uwe Seeler y Gerd Müller. DT: Helmut Schön.
Que lo disfruten.