En épocas donde hay que llenar mucho, muchísimo espacio de cualquier manera, el periodismo es capaz de inventar una polémica donde no la hay. La semana pasada le tocó el turno al tenis. Se está jugando en Nueva York el último Grand Slam del año y en las dos primeras rondas hubo record de abandonos.
La gran mayoría de ellos, por no decir todos menos uno, se dieron después de que en el partido se jugaran dos sets como mínimo. Es decir: algún tenista podía llegar con molestias, pero si aguantó al menos dos sets fue porque estaba en condiciones de competir, tal vez no al ciento por ciento, pero quién le puede quitar el derecho a probar.
En ESPN, que televisa el torneo durante todo el día, se cansaron de preguntarles a sus seguidores de redes sociales qué opinaban sobre los abandonos “sospechosos”. ¿Sospechosos para quién? Claro, como un tenista cobra 40 mil dólares por perder en la primera rueda, para una parte de la prensa eso ya significa que el abandono es sospechoso. Y, en realidad, fue una mujer, la rusa Vitalia Diatchenko, la única que se fue de la cancha sin ganar un game: se retiró cuando perdía 6-0 2-0 con Serena Williams, con la que probablemente hubiera perdido de la misma manera estando sana.
Lo fácil es acusar a la chica de no dejarle su lugar a una tenista sana. Sin embargo, si vemos los antecedentes de la rusa, nos encontramos con que se retiró cinco veces en lo que va del año. Y en los otros cuatro retiros, el dinero que se llevó fue mínimo. O sea: es una chica de físico frágil. Pero para los medios es más vendedor acusarla.
El colmo se dio después del abandono de Jack Sock, que ganaba cómodo su partido hasta que no pudo soportar el calor. Tras su retiro, leímos cosas como éstas:
“Los retiros de jugadores ya se convirtieron en una situación usualmente espinosa en los primeros días del US Open. Fueron doce en la primera rueda, lo que representó un record en la era abierta para un Grand Slam. Algunos de los abandonos no parecieron confiables y se generó un tufillo extraño en el ambiente. En la polémica, se puso sobre la mesa el importante premio que los tenistas del cuadro individual embolsan sólo por jugar la ronda inicial: 39.500 dólares. En una jornada sofocante que alcanzó los 34 grados, se produjo el decimotercer abandono: el del estadounidense Jack Sock. Claro que en este caso no hubo ninguna actitud para reprocharle al jugador. La temperatura lo hizo colapsar”.
¿Hay necesidad de armar una crónica con esa introducción para un abandono como el de Sock? ¿Hay necesidad de generar una polémica donde no la hay? Y no es algo que nos parezca a nosotros. Les pedimos que se tomen dos minutos (literal) para escuchar nada menos que a Rafael Nadal opinando sobre el tema.