“Nuestra sangre seguramente es violeta, no es roja, no, es violeta”. La mujer que habla, con una bufanda violeta sobre una campera violeta sobre una remera violeta, con los labios y el pelo de color violeta, es, asegura, hincha de Fiorentina. No habría motivos para dudarlo. En Firenze el fútbol tiene una sola tonalidad.

Así lo cuenta Gonzalo Rodríguez, el ex jugador San Lorenzo que ahora es capitán del equipo de Firenze, y también Federico Bernardeschi, la joven promesa local. Testimonian en el mismo sentido directivos, antiguas glorias del club y varios tifosi. El Viola es la identidad futbolera de Firenze.

En la capital mundial del Renacimiento, su historia no podía estar ajena a la resurrección. Todos ellos recuerdan los gloriosos 90s, con Batistuta y con trofeos, y también el triste inicio de siglo, con quiebra, el descenso hasta la C y la vuelta a Primera en dos angustiosas temporadas, con tres ascensos seguidos, uno en los escritorios y dos en la cancha. Ahora, recién ahora, están volviendo a sentirse protagonistas.

Cualquiera sea el color de su sangre, asumimos querrá sumarse a la fiesta violeta del Artemio Franchi. Está invitado, nos llevan los amigos de Copa90. Venga, vamos.