Islandia estará en el Mundial de Rusia, en 2018. Se trata de su suceso sin precedentes para el país más pequeño en jugar el torneo y que en su debut continental ya dio la enorme sorpresa –no tanto para nosotros que ya habíamos hablado muy bien de ellos– de superar la clasificación continental.

Los amigos de Copa90 viajaron a esa pequeña isla en el Atlántico Norte para conocer cómo viven el fútbol sus escasos 330 mil habitantes, entre ellos Sigur Rós, Björk, Of Monster and Men y los Gudjohnsen, padre e hijo. Grabaron un documental precioso, que queremos compartirles, con hermosos y gélidos paisajes y con testimonios de los islandeses más futboleros de Reykjavik que cuentan cómo en una década el fútbol de la isla, y la forma en que sus hinchas lo viven, cambió para siempre.

Con el pase a 8vos de la Euro, el año pasado, la locura nórdica se apoderó de esta isla donde todos conocen, directa o indirectamente, a los jugadores de la Selección. Es difícil imaginar otro lugar del mundo donde protagonistas y fanáticos estén tan en contacto. “El entrenador, Heimir Hallgrímsson (el islandés de la dupla técnica), viene al pub dos horas de los partidos y habla con los hinchas que nos juntamos ahí. Habla del equipo, de lo que van a hacer, de la táctica, esa es la relación mutua que tenemos”, cuenta un local sobre su particular rito prepartido FIFA.

“Siempre fuimos un pequeño país con un gran ego”, dice un hincha para explicar porque tienen la confianza tan alta antes del torneo e incluso ahora, frente a una potencia como Inglaterra. “No vamos a la Euro con el mejor plantel pero vamos con la mentalidad más fuerte. Más de 30 volcanes activos, terremotos, un montón de desastres naturales. Hay que estar un poco loco para vivir en Islandia”, explica otro.

Cerca de 30 mil islandeses, casi un 10% de la población del país, están en Francia viendo a su equipo hacer historia. Este lunes coparán el estadio de Niza y meterán miedo desde las tribunas con su vikingo grito de guerra. Así de orgullosos hablan de su Selección de fútbol. Miralos y escuchalos. Si tenés corazón, está claro quién vas a querer que gane la Euro.