Si no hubiera sido él hubiera sido otro, pero fue él. Más temprano que tarde, seguramente, alguien habría cruzado el océano trayendo una pelota debajo del brazo, pero la trajo él. En su destino estaba, entonces, convertirse en el padre del fútbol argentino. El profesor escocés Alexander Watson Hutton desembarcó en el puerto Buenos Aires en 1882. Graduado en Humanidades en la Universidad de Edimburgo, llegaba contratado por las autoridades del St. Andrew’s Scotch School para hacerse cargo de la educación de los hijos de los residente británicos que habitaban nuestro suelo. Era joven -no había cumplido aún sus treinta años-, rebelde y soñador. Defendía las ideas de las nuevas corrientes pedagógicas. Cuestionaba la férrea disciplina de los claustros de entonces, que llegaban incluso al castigo corporal de los alumnos. Una de sus primeras innovaciones fue incorporar al programa de estudios, la educación física y las prácticas deportivas. Trajo en sus valijas además de manuales, enciclopedias, mapas y tablas de logaritmos, una pelota de fútbol.
Los directivos del conservador colegio escocés no estuvieron muy de acuerdo con las revolucionarias ideas del nuevo director de estudios. Y a Watson Hutton no se le cruzó por la cabeza revisar esas ideas, así que renunció.
En 1884 fundó su propio establecimiento, el Buenos Aires English High School, primero ubicado en el centro porteño, más tarde en Belgrano. Ahí ya no tuvo que consensuar con nadie sus métodos pedagógicos. Se encargaba personalmente de convencer a cada familia de las ventajas que aportaban a la formación de los niños la vida al aire libre, el deporte y la alegría. Un día llegó al colegio un padre a inscribir un lote de hijos y sobrinos, todos de apellido Brown. Serían con los años, ya egresados, los primeros ídolos futboleros de los argentinos vistiendo los colores del legendario Alumni.
Watson Hutton participó también de los escarceos que dieron origen a la Argentine Association Football League, entidad que organizó los primeros campeonatos y que años más tarde se convertiría en la Asociación del Fútbol Argentino.
En el Día del Padre, se nos ocurre justo recordarlo y brindarle un homenaje. El hombre, en algún punto, es también un poco el padre de todos nosotros, los futboleros. Si tienen ganas entonces, los invitamos a que disfruten de una película argentina de 1950, que de manera muy entretenida y con una logradísima reconstrucción de época, cuenta la vida de Watson Hutton y las hazañas deportivas del Alumni.