La Bombonera, inaugurada en 1940, considerada por los expertos una obra maestra de la vanguardia arquitectónica y el diseño estructural, presentó a sus constructores un gran desafío técnico: la limitación que imponía un terreno muy pequeño, emplazado en un área urbana populosa  y lindero con las vías del ferrocarril, para levantar un estadio que pudiera albergar a por lo menos 60.000 espectadores. Llevando el ingenio al extremo (se necesitaba un 50% más del espacio del que se disponía) se cumplió con éxito la premisa, pero dejando claro que sería imposible cualquier tipo de ampliación para mejorar el aforo en el futuro.

albertojEse pecado original con el que fue concebida La Bombonera, más temprano que tarde se convirtió en un problema acuciante para la dirigencia xeneize y en especial para el inquieto presidente Alberto J. Armando, quién en 1960 encargó con urgencia al ingeniero José Luis Delpini*  -que había tenido decisiva participación en la construcción de la cancha a fines de los años 30- el proyecto para un nuevo estadio.

La idea de Armando era emplazarlo sobre unos  terrenos de la costanera sur de Buenos Aires, cerca de donde años más tarde, ganando terreno al río, comenzaría la faraónica construcción del mayor fracaso de su gestión como presidente: la tristemente célebre Ciudad Deportiva de Boca Juniors.

Pero para conocer mejor aquella otra historia de cuando La Bombonera estuvo a punto de convertirse en un complejo de viviendas  para ser reemplazada por un futurista Plato Volador, compartimos a continuación un artículo de la revista Primera Plana de la época, que cuenta en detalle y rescata del olvido ese delirio que nunca llegó a concretarse.

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El súper-estadio de Boca: ¿sobre el río? (1963)

foto-pp-bombonera350En la última semana circularon entre los simpatizantes de Boca Juniors insistentes rumores sobre la construcción del futuro estadio. Los mejor informados daban por seguro que sería construido en el Río de la Plata, en una plataforma sobre el agua frente al extremo sur de la avenida Costanera, aproximadamente entre el monumento a Isabel la Católica y el espigón del Balneario Municipal. Las autoridades del club mantienen todavía en reserva esta información, pues no han finalizado aún las tratativas con las autoridades municipales y temen que éstas se vean afectadas, sobre todo en momentos previos al cambio de los más altos funcionarios. PRIMERA PLANA interrogó sobre la veracidad de la noticia al autor del proyecto, ingeniero José Luis Delpini, pero sólo recibió como respuesta una leve sonrisa y las siguientes palabras: “Usted quiere saber demasiado”. Delpini, que como es de suponer es hincha de Boca y socio de la institución desde hace 30 años (“soy vitalicio”), fue el autor de la actual “Bombonera”, proyectada en 1932, y sobre la que algunos arquitectos opinan que constituye una de las obras “de mayor originalidad”: en aquellos tiempos parecía prácticamente imposible ubicar 90.000 espectadores en un terreno tan chico.

Un gigantesco tulipán

Exactamente el 1º de noviembre de 1960 el presidente de Boca Juniors, Alberto J. Armando, llamó a Delpini a su oficina y le dijo lo siguiente: “Quiero que me proyecte un súper-estadio que tenga por lo menos 40.000 plateas y que dé ubicación a 140.000 espectadores en total y que, además, sea distinto de todo lo que se ha hecho en el mundo hasta ahora. Pero escuche bien: Boca no puede tener dos estadios, de modo que usted le dará a nuestra actual Bombonera cualquier otro destino honorable, digamos por ejemplo: viviendas para los asociados…” Delpini, que viene proyectando estadios desde hace tres décadas, sumergido en continuas búsquedas e infatigables estudios (“Esto no se hace en un día”), eligió uno de sus planos y comenzó a modificarlo en todo aquello que consideraba necesario hasta construir la maqueta. Cuando Armando llegó al estudio y la vio terminada “saltó de alegría”, y según testigos presenciales, comenzó a abrazar a todos los colaboradores de Delpini
Una inevitable sensación de asombro se experimenta al enfrentar la maqueta. Las 40.000 plateas forman un óvalo alrededor del campo de juego y sobre ellas aparecen las gradas en un enorme plato apoyado en un muro transparente que bordea todo el estadio, dando la impresión de estar suspendido en el aire. La obra posee una característica notable: el estadio será cubierto y se podrá abrir o cerrar según las circunstancias. La cubierta está concebida como un inmenso tulipán de 300 metros de diámetro, con pétalos oscilantes de 150 metros de largo cada uno, de modo que, a estadio abierto, el conjunto aparecerá como una gigantesca flor (los pétalos tendrán reflectores rasantes) y de noche ofrecerá un espectáculo inimaginable, pues dentro de la corona luminosa el estadio aparecerá suspendido. Delpini lo considera como “una obra realmente revolucionaria” en materia arquitectónica y destaca que en el Laboratorio de Investigación Experimental de Estructuras de la Facultad de Ingeniería se han iniciado los trabajos de experimentación para lograr la realización de la obra con importantes economías de costos y de materiales. Teniendo solucionado el aspecto financiero, la construcción en sí demandaría aproximadamente tres años.

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Viviendas en la “Bombonera”

El actual campo de deportes de Boca Juniors será transformado, de acuerdo con el mandato recibido por Delpini, para lograr 790 departamentos con un centro comercial a lo largo de la planta baja y un gran parque de juegos infantiles en el lugar que ahora ocupa la cancha de fútbol. “Esta transformación se obtendrá utilizando las estructuras aporticadas de sostén de las actuales graderías, como esqueleto resistente de la futura construcción para viviendas y con muy poca destrucción.” La fisonomía de la “Bombonera” no ha de variar mucho, aunque estará adornada por ventanales (en dos bloques paralelos) en el lugar que hoy ocupan las graderías.
Delpini no se deja fotografiar por los periodistas porque dice que “lo que importa de los hombres no son las caras, sino sus obras” y afirma que “para llegar a concretarlas hace falta que Dios nos provea de una gran resistencia para enfrentar los obstáculos y superar los fracasos, mucha fe para seguir adelante y una larga vida para poder verlas terminadas”.
Artículo publicado en la revista Primera Plana – 16 de julio de 1963

*El ingeniero José Luis Delpini murió en 1964. Para conocer en profundidad los detalles del proyecto y la construcción de La Bombonera recomendamos el libro “La Bombonera – Pasión según Delpini” que se puede conseguir en el Museo de Boca Juniors.