En la redacción de Un Caño nos damos cuenta de que estamos viejos cuando hacemos referencia a alguna famosa anécdota futbolera de nuestra memoria reciente y resulta que no la conoce nadie, porque no era tan reciente ni tan famosa.

Es el caso de todo el circo mediático que dio vueltas alrededor del gol que le cobraron a Mariano Dalla Libera jugando para Huracán, en un partido contra Gimnasia y Esgrima La Plata, por la fecha 10 del Apertura de 1992. Con más precisión podemos afirmar que fue un 11 de octubre, y era domingo.

huracanUn poco de contexto: los muchachos de Parque Patricios habían estado primeros en el arranque del torneo y habían caído hasta mitad de tabla, los del Lobo venían peleando en el fondo: estaban anteúltimos. Los dos levantarían un poco la puntería pero ninguno haría historia grande en ese campeonato.

Dalla Libera había llegado a Huracán como refuerzo desde Platense junto al arquero Serrano, y fue tapa de El Gráfico junto a sus compañeros Teté Quiroz y Walter Pelletti por el buen rendimiento del equipo que en ese momento dirigía Enzo Trossero. El título: “Huracán arrasa” (40 pesitos en MercadoLibre). Jugaban Vattimos, el negro Cruz, Unali, Corbalán e incluso Pedro Damián Monzón, que llegaba de Barcelona de Guayaquil y tuvo un rendimiento decente para acompañar una estructura que parecía funcionar.

Decimos que a Dalla Libera le cobraron un gol raro porque efectivamente el calvo pelilargo marcó el 1-1 parcial en ese partido, que terminó 2-2 por los goles de Pablo Bengoechea, Guillermo Barros Schelotto y Huguito Morales. Lo pueden ver en este compacto, que incluye un hermoso taco de otra época que tira el pelado y talentoso volante del Globo para clarificar el panorama en la jugada del segundo gol.

Quizá lo notaron, quizá no. El gran tema de ese partido fue que en el tiro desde afuera que terminó en el primer tanto –golazo- de Dalla Libera, en realidad la pelota no entró. Pareció entrar, pero no entró. Pasó por el costado del palo, se introdujo en el arco de una manera un poco misteriosa y rebotó en un parante, para salir desde adentro y dar toda la impresión de ser un golazo pese a la estirada del arquero Cristante.

En ese momento, ni el árbitro ni los asistentes ni la gente que estaba en la cancha notó nada raro. Pero los muchachos de Fútbol de Primera, que eran los que llevaban cámaras a todos los partidos, notaron una irregularidad cuando empezaron a mirar las imágenes. Cuando descubrieron lo que había pasado, llamaron al propio Dalla Libera para discutir la situación con él.

El futuro panelista del programa de Fantino fue al estudio y tuvo una de las actuaciones más memorables que se haya visto de un invitado en un programa futbolero. Le mostraron el gol, le preguntaron por dónde había pasado la pelota, y dijo esto:

Realmente todo es espectacular (incluso que Macaya siga trabajando en 2015 y que Araujo casi lo lograra también). Resulta muy pero muy destacable la frase “puede ser un reflejo del sol”, pero al nivel también la noción de que la pelota “tiene que hacer una rotonda” o la pregunta y auto-respuesta: “¿en qué se desvía? En un fantasma?”. Fue brillante que el tipo negara bajo todo punto de vista la posibilidad de que no hubiera entrado. Bancó su posición contra toda evidencia.

Si todavía hay una ligera duda acerca de ese tanto es porque en aquel entonces no se disponía de 250 millones de cámaras en cada partido. No parece haber más de una toma de ese disparo que haya sobrevivido al tiempo.

El que vio ese programa en vivo, difícilmente lo haya olvidado. Nuestro deber es traerlo al presente para hacer sentir un poco menos viejos a los que, en el picado, cuando alguno festeja pese a que la pelota se va al lado del palo y vuelve a la cancha por adentro del arco después de rebotar en la pared del fondo, tiran por lo bajo lo mismo que mascullamos nosotros: “te hacen la de Dalla Libera”.