La cuestión es así: los hinchas de Manchester United tienen un nuevo ídolo, el delantero belga Romelu Lukaku, que arrancó una temporada fenomenal con el equipo de José Mourinho y anotó 11 goles en sus primeros 10 partidos con el club. El resultado fue una canción que salió de la tribuna entre las risitas de los aficionados. Dice más o menos así (es una adaptación libre):
¡Oh, Romelu Lukaku!
Es nuestro genio goleador belga,
con su pene de 60 centímetros,
mete todos nuestros goles
pateándose el glande.
La música es la de la canción “Made of Stone”, del grupo Stone Roses.
En inglés, para no faltar a la literalidad:
¡Oh, Romelu Lukaku!
He’s our belgian scoring genious,
with a 24 inch penis,
scoring all our goals
bellend by his toes.
En realidad, bellend es una palabra bastante al límite de lo reproducible en lunfardo inglés. Y la referencia al tamaño del miembro del atacante pareció tener bastante que ver con el hecho de que sea un hombre negro de considerable altura. Pero, sobre todo, negro.
El revuelo que se armó alrededor de la cancioncita fue fenomenal. A la Asociación de Fútbol no le gustó. Tampoco a Lukaku. Ni a su club. Ni a la liga. El jugador pidió que dejen de cantarla. La prensa inglesa y algunas agrupaciones declararon que se trataba de un cántico que se basaba en un estereotipo racial, y que por lo tanto se trataba de una forma de discriminación. Los fanáticos, en cambio, aseguraban que era sólo un elogio, un juego, una broma.
En este sentido se expresó Paul Ince, también negro y ex jugador del United. “No creo que sea un canto racista. Me parece que es un grupito de hinchas que se entusiasmó y recibió una atención desmedida, que no esperaba, por las redes sociales. Si me lo hubieran cantado en mis tiempos, me habría reído y listo. No creo que Lukaku piense que es un canto racista”.
En una muy coherente nota del diario The Guardian se hacía particular hincapié sobre este eje. Transcribimos: “Para ser absolutamente claros (y disculpas a todos los que se dieron cuenta de esto en 1964, o cuando sea): cualquier asunción hecha sobre alguien basada únicamente en la raza de una persona es racista. Puede ser un chiste, pero es un chiste racista”.
El más claro al respecto fue el bloguero Scott Patterson, que en su Republic of Mancunia publicó una nota titulada “Por qué los fanáticos del United debería desechar el canto de Lukaku” en el que aseguraba: “Acá tenemos a un delantero inmensamente talentoso, actualmente el goleador de la liga, y aun así nos reducimos a celebrar el supuesto tamaño de su pija”. Muy gráfico.
Aunque hay multas previstas en la Premier para casos de racismo en las gradas, es difícil que se tomen cartas institucionales en el asunto. Hace algunos años, el Tottenham aseguró que un canto hacia Emmanuel Adebayor no era racista y decía lo siguiente: “Adebayor, Adebayor, tu papá lava elefantes, tu mamá es una puta” (Adebayor, Adebayor, your dad washes elephants, your mum is a whore”).
Todo el asunto nos trajo a la memoria un capítulo de la serie The Office (la británica, obviamente), en el que David Brent -el enorme personaje de Ricky Gervais- sostenía un diálogo con sus colegas que podría tratarse precisamente de esta situación. Lamentamos no haberlo encontrado en español, ni subtitulado. Lo dejamos acá abajo para los angloparlantes. Es el cierre ideal para demostrar cuán perfecta puede ser la lectura de una sátira. Y para dejar asentado que hay cosas que no cambian ni siquiera cuando se las transforma en comedia.