Mucho se ha hablado en los últimos tiempos acerca de la participación política actual de la juventud y el nuevo despertar de la militancia. Poco se ha debatido, en cambio, sobre qué influencia tiene este fenómeno entre los deportistas profesionales hoy en actividad, y qué lugar ocupó en dicho universo durante ese hito de la militancia política que fueron los años setenta.

Resulta importante aclarar que la referencia a la militancia apunta a una actividad política y social cotidiana cuyo objetivo es la transformación de la realidad. Se excluye la militancia política entendida como una actividad remunerada y cuyo fin es escalar posiciones económicas y sociales de la mano de algún puesto público o burocrático. En ese sentido, muchos deportistas, en distintas épocas, una vez retirados, pasaron a ocupar cargos ejecutivos y legislativos.

Soplaban aires de libertad y renovación en aquel verano de 1973. Eran los días previos a las elecciones presidenciales que la dictadura militar del general Alejandro Lanusse había convocado para el domingo11 de marzo. Se volvía a votar luego de ocho años, con una sociedad y una juventud que el año anterior se habían conmovido con el retorno transitorio del general Perón exiliado en Madrid y el fusilamiento de presos políticos en Trelew.

En las urnas, el Frente Justicialista de Liberación (Frejuli) logró una amplia victoria. Se trataba de una alianza entre el peronismo y algunos partidos menores, como el Conservador Popular, que aportó al veterano Vicente Solano Lima en la fórmula encabezada por Héctor Cámpora.

Los grandes derrotados resultaron los radicales del legendario líder Ricardo Balbín y los candidatos que expresaban el continuismo, como el ex marino Francisco Manrique o la liberal Nueva Fuerza.

El viernes 9 de marzo, en varios matutinos se publicó una solicitada, con el título “El deporte con Perón”, que ocupaba toda una página. Luego de dos citas textuales del general Perón, se leía: “Los deportistas, docentes de educación física, técnico, dirigentes y profesionales deportivas, en esta hora decisiva en que está en juego el destino de nuestra patria, nos pronunciamos por un deporte para el pueblo. El retorno incondicional del general Perón. Liberación o dependencia. Cámpora al gobierno, Perón al poder”.

Además de las tradicionales plazas, aquella campaña electoral tuvo la particularidad de que varios estadios de fútbol fueron utilizados para llevar a cabo importantes actos políticos. Así, el Frejuli y Cámpora cerraron su campaña el 8 de marzo con una concentración de 70.000 personas en el estadio de Independiente, mientras que la Alianza Popular Revo-lucionaria, que postulaba a la fórmula Alende-Sueldo, lo hizo en la cancha de Atlanta. En el mismo estadio de Villa Crespo, tres semanas antes, una multitud conformada en un 70% por jóvenes y mujeres había rebasado las instalaciones en el acto en que se había proclamado la fórmula del Frejuli y lanzado el eslogan central de la campaña: “Cámpora al gobierno, Perón al poder”.

El viernes 9 de marzo, en varios matutinos se publicó una solicitada, con el título “El deporte con Perón”, que ocupaba toda una página. Luego de dos citas textuales del general Perón, se leía: “Los deportistas, docentes de educación física, técnico, dirigentes y profesionales deportivas, en esta hora decisiva en que está en juego el destino de nuestra patria, nos pronunciamos por un deporte para el pueblo. El retorno incondicional del general Perón. Liberación o dependencia. Cámpora al gobierno, Perón al poder”.

La mayoría de las adhesiones provenía de futbolistas. Varios jugadores del Huracán que meses después se consagraría campeón suscribieron la solicitada: RenéHouseman, Carlos Babington, Miguel Brindisi, Jorge Carrascosa, Francisco Russo y su DT, César Luis Menotti. El clásico rival, San Lorenzo, aportó varias firmas también: Victorio Cocco, Rubén Ayala, Juan Carlos Piris, Agustín Irusta, Roberto Telch y Rubén Glaría. Otros que apoyaron al Frejuli fueron José Sanfilippo,Alfio Basile, Carlos García Cambón, Daniel Carnevali, Ubaldo Fillol, Arsenio Ribecca, Aldo Poy, Vicente Squeo, José Berta, Carlos Trullet, Aurelio Pascuttini, Hugo Pedraza y Carlos Della Savia.

Sin-título-1Entre los boxeadores que firmaron la solicitada había varios conocidos, como el Goyo Peralta, Víctor Galíndez, Pascual Pérez, Mario Guillotti, Abel Cachazú, Miguel Páez y Horacio Saldaño.  Los maratonistas olímpicos Delfo Cabrera y Osvaldo Suárez, el periodista deportivo Luis Elías Sojit y varios rugbiers, nadadores, luchadores y pesistas, además de profesores de educación física, figuraban entre quienes manifestaron su apoyo a Cámpora.

Dos días después del triunfo en que arañó el 50% de los votos, el martes 13 de marzo, el presidente electo, Héctor Cámpora, concurrió por la noche al partido en que San Lorenzo venció a River 1 a 0, con gol del Ratón Ayala, en el Viejo Gasómetro, por la Libertadores. Fue recibido por el titular azulgrana, Osvaldo Valiño, a quien le hizo entrega de la Copa de Oro que los de Boedo habían logrado al quedarse con el torneo de verano de Mar del Plata. Luego, acompañado por su vice Solano Lima, el secretario de la CGT, José Rucci, y los dirigentes justicialistas Abal Medina y Lorenzo Miguel, Cámpora ingresó al campo de juego antes del inicio del partido, en medio del “¡Perón, Perón!” que cantaban ambas hinchadas.

Haciendo la V de la victoria, dieron la vuelta y saludaron a todas las tribunas, mientras los jugadores aparecían por el túnel; varios de ellos esperaron en el círculo central al presidente electo para saludarlo efusivamente. Los reporteros gráficos capturaron esas escenas.

El Tío Cámpora –confeso hincha de Boca– y su comitiva se ubicaron en el palco oficial, presenciaron la primera etapa y luego fueron ovacionados por un centenar de militantes peronistas que ingresaron al estadio durante el entretiempo para saludar al vencedor de los comicios más que para ver el partido. Finalizado el encuentro, Valiño ofreció a los visitantes un refrigerio que se extendió hasta pasada la medianoche.

JUEGA PERÓN

Carlos Pandolfi tiene 66 años y es el tesorero de Futbolistas Agremiados, donde está desde hace más de cuatro décadas. Sobre la solicitada y el clima que reinaba el país, recuerda hoy: “yo firmé porque creí en el movimiento justicialista, fundamentalmente en Perón. La dignificación de las condiciones de vida y de trabajo que se obtuvo con Perón merecía ser apoyada”.

Sin-título-1Pandolfi, por entonces jugador de Chacarita, reconoce haberse interesado siempre por temas sindicales y políticos, incluso en su etapa de trabajador en los talleres ferroviarios de Liniers, hasta fines del año ‘69, cuando renunció para dedicarse de lleno al fútbol. “Yo no era militante, ni siquiera afiliado, pero junto con muchos compañeros futbolistas no dudamos en firmar esa solicitada por todo lo que Perón les dio a los jugadores. Por los derechos que obtuvimos luego de pelear por ellos en la huelga que hicimos en 1971, sin medir a lo que nos exponíamos en plena dictadura, ya que hasta entonces los futbolistas sólo teníamos obligaciones”, dice.

El veterano dirigente sindical de los futbolistas recuerda cuando, a principios de los ochenta, en otra dictadura, un grupo de padres y madres de detenidos desaparecidos se acercó a la sede Agremiados para buscar apoyo. “Yo también firmé esa solicitada de los organismos de derechos humanos. ¿Quién podría negarse a la aparición con vida de los desaparecidos?”, se pregunta Pandolfi.

Acerca del auge actual de la militancia política y su influencia entre los futbolistas, Pandolfi afirma: “nosotros no hablamos individualmente sobre lo que piensa cada futbolista en términos políticos. Lo nuestro es la defensa de sus reivindicaciones, más allá de los pensamientos de cada uno”. “De todos modos –agrega–, ellos están dentro de la sociedad y, como ciudadanos, participan de la política y de este fenómeno que deja atrás al ‘no te metás’ vigente hasta hace poco”.


*Publicado originalmente en el número 45 de Un Caño, en marzo de 2012.