El Beckenbauer del Este vio la posibilidad de escapar de Alemania Oriental mientras aparentaba buscar regalos en un pueblito llamado Giessen, el 21 de marzo de 1979. Había bajado del micro que transportaba al equipo de fútbol Dynamo de Berlín para comprar jeans y discos junto a sus compañeros.

BFC Dynamo gegen Sachsenring ZwickauNunca dijo si había planificado la huida ni quiso complicar a persona alguna con su deserción. De aquel episodio, sólo narró que vio un taxi parado en la parte posterior del local de ropa, chequeó que nadie lo estuviera vigilando, corrió hacia el auto y, después de subir, se dirigió hacia la casa de Rudi Merk, el árbitro que le había dado charla la noche anterior en el hotel que alojaba al equipo después de perder un amistoso 4-1, ante el Kaiserslautern.

Lutz Eigendorf tenía 22 años y era la estrella del Dynamo, el club que presidía Erich Mielke (1) el director de la policía secreta de la República Democrática Alemana (Stasi). Todos los consideraban el mejor jugador de Alemania Oriental. Estaba en el club desde hacía 8 años y era el símbolo del equipo. Había, incluso, recibido instrucción policial en la Stasi, por lo que nadie suponía que un emblema del comunismo podía, siquiera, imaginar la posibilidad de una deserción.

Era la época en que un muro dividía a Alemania en dos. De un lado, la Alemania Federal. Del otro, la República Democrática Alemana. De un lado, el capitalismo. Del otro, el comunismo. De un lado, las libertades restringidas por el poder del dinero y las clases sociales. Del otro, las libertades restringidas por la opresión estatal. El control sobre la vida de los habitantes en la extinta RDA era absoluto. Y la máxima expresión del control lo tenía la Stasi, el aparto represor estatal encargado de mantener el orden civil y de erradicar cualquier cosa parecida al capitalismo en una población anestesiada.

Dar el salto hacia el otro lado del Muro para vivir en la zona capitalista era considerado en RDA una traición al régimen. Se estima, sin datos no oficiales, que la Stasi acabó con la vida de más de mil personas en su intento por trasponer el Muro hasta la definitiva caída en noviembre de 1989.

En esas condiciones el Dynamo viajaba el 19 de marzo de 1979 por primera vez al otro lado del Muro para un jugar un amistoso contra el Kaiserslautern. Antes del hacerlo, los jugadores recibieron instrucciones de cómo manejarse en ese otro mundo. El Dynamo no era un equipo cualquiera ya que la mayoría de sus jugadores eran miembros de la Stasi y respondían a Mielke. Los principios del Dynamo eran promover “la superioridad del orden socialista en el ámbito del deporte”.

27736597La noche tras la derrota ante Kaiserslautern, Eigendorf, su estrella, se había quedado en el hall del hotel Savoy charlando con Rudi Merk, un árbitro supervisor. Lo hicieron hasta la madrugada y, cuando Eigendorf regresó a su habitación, llevaba en su bolsillo la tarjeta personal de Merk.

Eigendorf era un talentos defensor que había llegado al club a los 14 años y subió rápidamente a Primera. En 1978 debutó como internacional Alemania Oriental con un doblete en el empate 2-2 ante Bulgaria. Por eso, cuando abordó el taxi para escapar, conocía perfectamente los riesgos que asumía. Sabía, incluso, que jamás volvería a ver a su esposa, Gabriele, ni a su pequeña hija de 2 años.

Cuando Mielke se enteró de la deserción de Eigendorf, quedó en shock. El fútbol, para él, era mucho más que un juego. Mielke consideró la deserción de Eigendorf como una traición, una afrenta a los postulados comunistas y una cuestión personal. Y nadie podía traicionar a la Stasi y salir bien parado.

Según testigos, Mielke gritó: “Eigendorf nunca va a jugar en la Bundesliga”. Para herir aún más su orgullo, el director de la Stasi no pudo cumplir con su palabra ya que su enemigo jugó 61 partidos entre el Kaiserslautern y el Eintracht Braunschweig, más allá de no volver a brillar como lo había hecho del otro lado del muro.

La deserción de Eigendorf intensificó la seguridad de la Stasi sobre los deportistas y promovió el reclutamiento de agentes encubiertos, conocidos como Informelle Mitarbeiter(colaboradores informales), entre periodistasy jugadorespara espiara sus colegasy reportarcomportamientosindeseables para la autoridad.

lutz3Al mismo tiempo, la Stasi puso en marcha la insólita Operación Rose. Se envió una decena de agentes, cuyo nombre en código era Romeos, para seducir a Gabriele, la ex esposa de Eigendorf. Uno de ellos, con nombre en código Lotario (2), lo consiguió. A fines de 1979 Gabriele se casó nuevamente con el policía secreto, quien debía informar de cualquier contacto de su actual esposa con el ex marido.

La FIFA suspendió a Eigendorf por un año por abandonar a su club y recién después de ese tiempo, Lutz pudo debutar en el Kaiserslautern.

Eigendorf también encontró un nuevo amor y se casó. Y ya con una vida por delante comenzó a frecuentar a sus nuevos amigos, entre los que se encontraba el ex boxeador y campeón nacional de peso medio de la RDA, Karl-Heinz Felgner, quien supuestamente también había desertado. Felgner le dijo Eigendorf que las autoridades de la RDA lo habían considerado inapropiado y que le habían permitido salir del país, pero en realidad era espía desde mediados de la década del 70. Felgner incluso había sido uno de los Romeos enviados para seducir a Gabriele, pero como fracasó en esa tarea fue enviado a Alemania Federal para ganar la confianza de Eigendorf.

La Stasi escribió informes detallados sobre la vida de Eigendorf: amistades, llamadas telefónicas, los bares que frecuentaba, salidas, amigos y tantísimos otros detalles menores como por ejemplo la cantidad de cafés que bebía o su marca de leche preferida.

Felgner escribió informes detallados sobre la vida de Eigendorf: amistades, llamadas telefónicas, los bares que frecuentaba, salidas, amigos y tantísimos otros detalles menores como por ejemplo la cantidad de cafés que bebía o su marca de leche preferida.

La vida de Eigendorf siguió adelante, pero jamás olvidó su pasado y denunció una y otra vez lo que ocurría en del otro lado del muro. Obnubilado por la nueva riqueza, tendía a hacer alarde de su vida en Alemania Federal. Una tarde, por ejemplo, condujo su coche deportivo de lujo hasta el muro de Berlín para dar entrevistas con el alambre de púas de fondo.

2206391_origTodo parecía ir dentro de los carriles normales hasta que el 5 de marzo de 1983, a las 23.08, mientras manejaba por un camino rural, Eigendorf estrelló su Alfa Romeo contra un árbol. Quedó internado pero murió dos días después a causa de las lesiones que había sufrido en la cabeza. La policía determinó que tenía 0.22 por ciento de alcohol en sangre y que el accidente había sido consecuencia de la borrachera.

Eigendorf había sido visto por última vez a las 10 de la noche en el bar Cockpit, el 5 de marzo de 1983, donde bebió con su instructor de vuelo Manfred Müller. Su equipo, Braunschweig, por la tarde, había perdido 2-0 ante el Bochum y ese día Lutz había estado en el banco de suplentes.

Después de beber partió para su casa. Sus compañeros de equipo y amigos, sorprendidos por las informaciones, aseguraron una y otra vez que Eigendorf nunca había tomado más de dos cervezas en cualquier velada nocturna. Su viuda, Josi Eigendorf, denunció un atentado pero jamás fue escuchada. “Él siempre me decía que lo podían matar o secuestrarlo para llevarlo de regreso”, dijo.

“Eso no fue un accidente” certificó Jörg Berger, entrenador de la Bundesliga, quien también había escapado de la RDA en 1979. “Muchas veces le advertí que tuviera cuidado. Me di cuenta de que estaba siendo observado por la Stasi. Yo también viví bajo presión y temí por mi vida”, dijo. “Pero Lutz quería llamar a las cosas por su nombre y nunca midió los riesgos”.

El caso fue cerrado como muerte accidental hasta que, en 2010, el periodista y director de cine Heribert Schwan dio a conocer el documental Tod dem Verräter (La muerte de un traidor), en el reveló documentos y testimonios que detallan que Eigendorf fue asesinado por la Stasi.

En un informe de 32 páginas enviado a la sección XII de la Stasi, se detalla la formación de un escuadrón de la muerte para eliminar a Eigendorf. Al lado de su nombre, aparece la palabra “narcótico” y la indicación “intermitente”, que tiene bastante verosimilitud con la forma que en murió el jugador de fútbol.

En un informe de 32 páginas enviado a la sección XII de la Stasi, se detalla la formación de un escuadrón de la muerte para eliminar a Eigendorf. Al lado de su nombre, aparece la palabra “narcótico” y la indicación “intermitente”, que tiene bastante verosimilitud con la forma que en murió el jugador de fútbol.

“Intermitente” era un método utilizado por la Stasi para los asesinatos que querían hacer parecer accidentes: significaba que un coche escondido en la oscuridad, de repente, y por lo general cerca de una curva, prendiera los farros cegando al conductor que se aproximaba para hacerle perder el control de su vehículo.

eigendorf_1Schwan no pudo encontrar ninguna prueba irrefutable, pero dejó entrever en su documental un agente de la Stasi había secuestrado Eigendorf, lo había drogado y emborrachado y que luego lo habían lanzado a la ruta hasta ser cegado en la curva fatal. Felgner fue uno de los agentes implicados en la muerte de Eigendorf. Pero el 9 de febrero 2010, al ser juzgado por robo en Dusseldorf, declaró: “Yo tenía que matar a Lutz porque había desairado a Mielke. Acepté el contrato para asesinarlo pero no cumplí”. Fue la primera vez en la historia un hombre directamente involucrado admitió que la Stasi quería muerto a Eigendorf. “Sólo acepté el contrato para que le permitieran a mi novia venir conmigo a Alemania Occidental”, dijo. Para luego agregar que nunca tuvo la intención de ejecutar la orden.

Schwan, sin embargo, mantiene su teoría y pidió la exhumación del cadáver para encontrar rastros de neurotoxinas. El documental de Schwan no deja ninguna duda de que la Stasi mató Eigendorf, sin embargo falta evidencia inequívoca y nadie ha sido acusado todavía con su asesinato.


*1 – Erich Fritz Emil Mielke nació el 28 de diciembre de 1907 en Berlín y murió en la misma ciudad el 21 de mayo de 2000. Fue político y director del servicio de seguridad conocido como la Stasi. Ingresó al Partido Comunista en 1925 e integró la organización paramilitar KPD. El 1931 participó en el asesinato de dos oficiales de la Landespolizei, Paul Anlauf y Franz Lenck, y marchó al exilio, poco tiempo antes de la llegada al poder de los nazis. Estuvo en la Unión Soviética donde trabajó para el servicio de inteligencia en la etapa de Stalin. Participó en la Guerra Civil española como agente secreto soviético en la zona republicana. Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, volvió a Alemania, a la zona de ocupación soviética y se convirtió en un protegido del general soviético Serov, que lo situó al frente de la policía secreta. En 1957 pasó a dirigir la Stasi. De acuerdo al historiador John Koehler, Mielke convirtió a la Stasi “en un instrumento para la opresión como también en uno de los servicios de inteligencia más efectivos del mundo”. En su apogeo, la Stasi llegó a emplear a más de 85 mil agentes a tiempo completo y a otros 170 mil voluntarios, que manejaban información de millones de personas. Durante esa época Mielke fue también presidente del Dynamo de Berlin, integrado por miembros de los cuerpos de seguridad. Tras la caída del muro de Berlín, Mielke dimitió de todos sus cargos. En 1991 fue juzgado por el asesinato de los dos oficiales de policía en 1931. En los archivos de la policía de Berlín habían sobrevivido las confesiones de testigos que incriminaban a Mielke. En 1993 fue condenado a 6 años de cárcel, pero en 1995 fue liberado de prisión debido a su débil estado de salud. Murió a los 92 años.

*2 – Peter Hommann fue contactado por la Stasi para seducir a su ex novia de la adolescencia, a la que todavía seguía recordando y amando. “No tenía otra opción”, dijo tiempo después al describir la situación. Hommann estaba en el ejército. El 21 de marzo 1979 había desertado Lutz Eigendorf y enseguida se montó la Operación Rose, para que la esposa del jugador se separara del jugador. La Stasi buscó candidatos para seducir a Gabriele Eigendorf. Luego de varios intentos fallidos, apareció en escena Hommann. El 2 de mayo 1979, seis semanas después de la huída del marido, Hommann apareció con un ramo de rosas para Gabriele y se ofreció a ayudarla. La esposa de Lutz había sido interrogada varias veces y se sentía desprotegida. Hommann mencionó que tenía contactos con la Stasi y que no debía preocuparse. Tiempo después, Gabriele dijo al referirse de Hommann: “Yo sabía que me amaba. Era un buen amigo”. Gabriele se separó de Lutz el 7 de junio de 1979 y un día después se casó con el hombre que le había enviado la Stasi. Hommann se hizo cargo de la mujer que amaba y como beneficios colaterales pudo salir del ejército y recibir pagos especiales. En 1979 cobró 3 mil 700 marcos por sus servicios. Con el tiempo, Hommann le confesó a Gabriele la verdad de la historia y se separaron.