Sí, somos un poco ilusos. También somos escépticos. Pero cuando nos encontramos con gestos como los que hubo los dos últimos fines de semana nos dejamos llevar y pensamos que algo puede estar cambiando. Y no nos tiran para atrás los piedrazos en Mendoza porque, lamentablemente, eso es lo normal. En este cambalache, lo que sorprende son las buenas acciones.
¿Cuántos miramos perplejos a los jugadores de Estudiantes mientras se acomodaban en fila unos enfrente de otros para esperar la salida de su rival y aplaudirlo por los logros conseguidos? Porque River era simplemente eso: el rival de turno.
Y es todavía más reconfortante que ese gesto haya venido justo de Estudiantes, un club que tiene como referente a un señor que considera que al rival hay que pisarlo. ¿Contra quién jugaría Bilardo si todos los rivales acabaran muertos? ¿A quién tendría que ganarle como sea? Bienvenida la nueva gente que maneja Estudiantes de una manera diferente a la que lo manejaría Bilardo.
No somos tan ingenuos como para creer que todos los hinchas de Estudiantes estuvieron de acuerdo con el pasillo a River. De hecho, lo más probable es que la gran mayoría lo haya reprobado. Sin embargo, sí creemos que el desarrollo del partido y la victoria final les habrá hecho pensar a algunos que lo cortés no quita lo valiente.
Mucho más lógico fue el apoyo a Sebastián Torrico, que sufrió la muerte de un bebé recién nacido. Vimos al plantel de Boca mostrando su apoyo, también al de Huracán (más allá de que su hermano sea entrenador de arqueros en el club) y al de Banfield. Y además vimos una bandera en la tribuna de Vélez. Y ofrecemos nuestras disculpas si nos comimos alguna otra muestra de apoyo.
Si algún desprevenido y desinformado de fútbol leyera el párrafo anterior podría creer que el autor está chiflado porque elogia un comportamiento humano y obvio. Sin embargo, en este fútbol nuestro lo normal no es lo normal. En las canchas argentinas le han gritado “borracho” a Ortega y “asesino” a Buonanotte, por ejemplo.
Por eso, y por tantas otras cosas que pasan y seguirán pasando, lo de Estudiantes y lo de Torrico es como respirar al menos dos bocanadas de aire puro. ¿Y quién puede no soñar con eso?