“Todo argumento se pierde cuando agarran a la gente, la tiran al suelo y la pisan. No hay ley que se aguante”. La voz de Pep Guardiola llegó a Cataluña en la noche, por la radio. El entrenador de Manchester City habló con dolor y con indignación ante el micrófono de RAC1, luego de ver, a la distancia, las imágenes de la violenta represión del Estado español contra los catalanes que, pacíficamente, participaron de una votación para saber si desean, o no, independizarse.

El partido de Barcelona ante Las Palmas, que se disputó a puertas cerradas mientras concluía la elección y la represión estatal se desataba por toda la región, quedó en el centro de esa disputa. Primero, la directiva reclamó no jugar pero luego aceptó la decisión de Federación, bajo amenazas de sanciones por interrumpir el negocio del fútbol. Luego, Las Palmas salió a la cancha con una bandera española bordada en su camiseta para dejar en claro, algo provocativamente, su posición unionista.

La decisión de jugar sin público, y anunciar en un discutido comunicado que esa era la manera en la que el club elegía protestar por lo sucedido no dejó conforme a casi nadie. Muchos creen, entre ellos los directivos que presentaron las renuncias a sus cargos, que la suspensión del partido, e incluso una consecuente sanción severa contra Barcelona, hubieran sido un mensaje más resonante.

cataluna represion camp nou“Tenemos que parar lo de hoy porque ha sido muy gordo. La gente que ha ido a votar no iba con pistolas con balas de goma, que están prohibidas. ¡A una chica le han roto los dedos! Han atacado a más de 700 personas por querer votar. ¿Hasta dónde hemos llegado? No iban a robar un banco”, agregó la voz radial de Guardiola, que milita por la independencia catalana hace mucho tiempo, para reclamar la mediación de la comunidad internacional.

“Las fuerzas de seguridad son necesarias porque el mundo se ha vuelto loco, pero no para ir a votar. Nunca es una ilegalidad ir a votar. Todo el pueblo tiene derecho a ejercerlo”, agregó Pep en respuesta a la declaración de ilegalidad de la votación por parte del presidente Rajoy. Queda por preguntarse cuánto retrocedió este domingo el no tan pequeño consenso (también hubo masivas manifestaciones anti Referéndum en Barcelona) que le quedaba al gobierno central en Cataluña, al poner tan de manifiesto su monopolio de la violencia.

Xavi, Puyol y, sobre todo, Piqué, que primero votó y después hasta planteó la posibilidad de dejar la Selección española, fueron las voces futboleras que rechazaron los palos, reivindicaron la identidad catalana y reclamaron una solución pacífica y dialogada. “Estos jugadores forman parte del gran éxito del fútbol español de hace unos años. España es un país acojonante: en el deporte, en la cultura… pero hay un pueblo que quiere expresarse a través de una votación. No se sabe qué saldría, pero quiere hacerlo”, sostuvo Pep.

Ahora, lo saben. Muchas más botas que votos.