La imagen forma parte de la historia del fútbol inglés. No es un gol, ni una atajada o una gran acción individual. Es un grupo de muchachos vestidos con rigurosos trajes color crema en el césped de la catedral del fútbol mundial. Antes de la final de la FA Cup de 1996, el plantel de Liverpool salió al campo de juego con un atuendo inexplicable. Todos los integrantes del equipo se vistieron del mismo modo: traje Armani de color amarillo muy claro, camisa celeste y corbata roja y blanca a rayas diagonales. La indumentaria quedó en la memoria colectiva incluso con más fuerza que el partido en disputa y es el hecho que mejor describe a aquel grupo de futbolistas: los Spice Boys.
Liverpool lleva casi treinta años sin ganar la Liga inglesa, sin embargo, muchos siguen criticando a aquella generación con más fuerza que a cualquier otra. Es que pocas veces el club de Merseyside contó con semejante talento. El plantel estaba repleto de jugadores de primer nivel, que pudieron haber hecho historia en la cancha pero que prefirieron divertirse fuera de ella. Esa decisión tiene una nobleza que nos supera y nadie debería juzgarla. ¿Acaso el amigo lector no ha privilegiado jamás la joda por sobre el trabajo? Eso hicieron los Spice Boys. El problema fue que quizás lo hicieron demasiadas veces.
La final de los trajes crema terminó en favor de Manchester United por 1-0 con un gol de Eric Cantoná, otro muchacho que edificó una carrera lejos de la normalidad. “La culpa fue de David James, que era un modelo de Armani. Él nos propuso usar esa ropa y, como era el más grande, nadie le dijo que no. Si me lo hubiesen pedido a los 29 o 30 años, por supuesto que habría dicho que no”, recordó tiempo después Jamie Redknapp. Se dice que Alex Ferguson no tuvo necesidad de dar la charla técnica después de ver la pinta de sus rivales. No podían perder nunca contra esos muñecos de torta.
Sin embargo, el verdadero objetivo de la indumentaria era transgredir. Los Spice Boys eran jugadores de fútbol que podían ganar o perder, pero que buscaban dejar una huella más allá del resultado. O quizás ni siquiera lo buscaban, pero lo hicieron. Los cinco miembros “originales” eran Steve McManaman, Robbie Fowler, Jamie Redknapp, Jason McAteer y David James, aunque también se pueden sumar Stan Collymore y Neil Ruddock. Eran futbolistas internacionales, con carreras respetables y un aceptable talento. Por eso se convirtieron en celebridades. Aprovecharon la explosión de las primeras Premier Leagues para ganarse un lugar en los tabloides por sus correrías nocturnas.
El apodo no fue puesto con cariño, por supuesto. El grupo de pop británico “Spice Girls” estaba en los primeros lugares y los medios no tardaron en bautizar de esa manera a los muchachos de Anfield Road que salían de noche y perdían de día. Aunque al principio el mote molestó a los implicados, con el tiempo se encariñaron con el. “Estoy encantado de haber formado parte de los Spice Boys. Ahí estábamos nosotros, ganando montones de dinero, conduciendo Ferraris y acostándonos con modelos”, declaró hace algunos años Neil Ruddock, un simpático personaje que terminó participando de un Gran Hermano.
Los líderes del grupo eran, sin dudas, Fowler y McManaman. Eran capaces de armar jugadas hermosas y también de dar vuelta bares y boliches con la misma facilidad. Las bromas en el seno del plantel eran parte del circo de los Spice Boys. En una ocasión, Ruddock le rompió la cara a Fowler porque éste le rompió unos zapatos Gucci de 300 libros. El bueno de Robbie lo hizo porque pensó que él le había orinado sus botines. Romperles las pertenencias a sus compañeros era una de las maneras que tenía la dupla de pasar el tiempo en el vestuario. Destruir hoteles es otra de las actividades que llevó a la inmortalidad a este equipo. Los destrozos en la Abadía de Bisham son el ejemplo más emblemático.
Una de las preocupaciones que compartían Fowler y McManaman era que no sabían bien qué hacer con el dinero. Por supuesto, la forma más fácil de gastarlo era en salidas nocturnas, en las que no se privaban de nada. Cerraban bares para su comodidad y lo hacían de frente al público y a los paparazzi. De todos modos, un día vieron que les sobró una moneda y decidieron comprar dos caballos de carrera, a los que bautizaron como “Un Caballo” y “Otro Caballo”. Lo único que les divertía era sentarse y escuchar las transmisiones de radio de las carreras.
Otro momento inolvidable de los Spice Boys fue durante la fiesta de Navidad de 1998. Los clubes ingleses tienen la costumbre de organizar respetables festejos en las fiestas, por eso fue un verdadero escándalo lo que ocurrió en aquella ocasión. Los muchachos decidieron hacerla completa y llevaron mucho alcohol, strippers y juguetes sexuales. Por supuesto, la dirigencia los multó pero a ellos no es importó demasiado.
Los festejos de los goles también fueron una marca registrada de este Liverpool. La imagen más recordada es la de Fowler aspirando la línea de cal como si fuera cocaína, pero también han celebrado bajándose los pantalones, bailando y simulando borracheras. Por supuesto, no todas sus acciones fueron divertidas. Una mujer de 29 años llamada Sharon Kelly denunció acoso sexual con estas palabras: “Apenas llegó a mi casa, Robbie me empujó a mi cama y empezó a besarme. Robbie preguntó si mi amiga participaría. Ella subió, vio lo que pasaba y se fue. Steve le dio cinco libras para el taxi. Robbie siguió y me hizo daño. Se había quitado la ropa, pero no estaba bien dotado. Me preguntó si Steve, que sí estaba bien dotado, podía participar. Hice sexo oral a Steve mientras Robbie me tocaba. Disfruté y parecía que Steve también. Robbie empezó a humillarme y dije que no quería seguir. Piensan que son dioses, pero son como buitres. Steve fue muy dulce y paró, pero Robbie, no. Steve tuvo que tranquilizarle”.
El arquero David “Calamity” James y el mediocampista Jamie Redknapp eran un poco más tranquilos que sus compañeros Robbie y Steve pero tenían los mismos pasatiempos. Según la prensa y los hinchas, siempre estaban más preocupados por vestirse a la moda que por cómo jugaban los equipos rivales. De hecho, ambos tuvieron un paso bastante prolongado por el modelaje y fueron contratados por firmas de primer nivel mundial. Eran el ala frívola del grupo.
Este grupo de futbolistas sólo ganó la Copa de la Liga de 1995 y finalizó tercero en la Premier League 1995/96. Los logros parecen escasos, pero después de eso, el club sólo ganó una Liga de Campeones, una Copa UEFA, dos Copas de la Liga y dos FA Cups. Es decir que la cosecha de los Spice Boys tampoco fue tan pobre. De todas maneras, su “legado” va más allá de eso. Fueron los primeros en convertirse en íconos de la farándula. Formaron una unidad más fuerte fuera de los campos de juego que dentro de los mismos. Con eso les alcanzó para ser el plantel de Liverpool más recordado de la década del noventa.