Paul Scholes fue futbolista durante 20 años. Surgió en la cantera de Manchester United y jugó toda su carrera ahí: más de 700 partidos. Silencioso y criterioso con la pelota, fue parte de varios planteles históricos bajo el mando de Alex Ferguson. Ganó, practicamente todo. Cuando se retiro le ofrecieron ser comentarista en la TV. Cinco años más tarde, admite que no lograr superar el vacío que dejó el final de su carrera y que el periodismo, lejos de apaciguarlo, aumentó esa sensación de frustración.

“Creo que lo que no te deprime pero realmente te entristece es que por más de 20 años, desde que dejé la escuela, siempre tuve algo que trataba de lograr. Luego pasas cinco o seis años en los medios y no hay nada que alcanzar. No veo dónde hay un logro en eso”, afirmó Scholes. Podríamos contarle que hay muchas personas que sueñan con comentar un River-Boca, o un United-City, por una gran cadena de TV. Que, incluso, hay quienes se imaginan siendo como Macaya o Senoseain, pero para alguien que jugó dos Mundiales, que ganó dos Champions y once veces la Premier, puede que todo eso no tenga ningún sentido.

Mientras fue comentarista, donde se destacó por la ferocidad con la que criticaba al United de Van Gaal, Scholes también se mantuvo vinculado al fútbol de otras formas. Con sus amigos de la categoría 92, Giggs, Butt, Beckham y los Neville, compró el club amateur Salford City y tuvo un breve paso como DT por las inferiores del United. Nada era suficiente.

“Es solo la frustración de no estar involucrado”, explica ahora. Cuenta que el momento más difícil de cada semana es el sábado por la tarde, cuando en Inglaterra se juegan el grueso de los partidos en todas las categorías. Estar hablando de ellos por TV, no le alcanza al colorado. “Quiero volver a tener esa sensación de trabajar para algo durante la semana, trabajar para el final del partido desde un sábado hasta el final de la temporada”, agrega.

Scholes, lo dice sin dobleces, quiere ser entrenador. Oldham Athletic, el club de su barrio natal en Manchester, que está en 4ta división, sería su primer destino en los próximos días. El ex United tiene claro que toda su experiencia y sus títulos como jugador no le garantizan el éxito. Pero él necesita intentarlo. “Podría ser un fracaso enorme. Simplemente no lo sé, pero quiero tener esa sensación de sentir de nuevo un sábado por la tarde en el que tengo un objetivo”, asegura.

Al final de cuenta, buena parte del trabajo de estar vivo es encontrar un motivo para salir de la cama. “Podría lamentar esta decisión. Es posible que los resultados no sean como los quiero, pero sabré que lo he intentado y no he estado sentado en mi casa pensando en ello”. Y quién puede decirle a Paul que no intente ser feliz.