Ahora resulta que para querer que un equipo argentino gane en un Mundial, todos aquellos que practiquen ese deporte deben ser buenas personas.
La prensa deportiva elige titular con varios focos al mismo tiempo y sin dar toda la información disponible. Un estilo un poco vago que pide mucho del lector.
En los canales de noticias y de deportes no interesa demasiado lo que dicen los diversos protagonistas sino la lectura que alguien hace de sus palabras. Una calamidad.
Las características de los diversos cuadros se han ido desvaneciendo por influjo del profesionalismo. El barrio ya no hace escuela.
El domingo por la noche nos sorprendió con una lluvia de programas deportivos para explicar cosas que sabe cualquier niño que fue a la cancha al menos un par de veces.
Valdano, filósofo con aspiraciones de izquierda, volvió como lobista.
Barcelona emociona porque nos deja vivir un idealismo que no existe en la vida cotidiana. El fútbol es el objeto; la realidad, el símbolo.
El filósofo describió los picados de barrio y su ideología.
El actor Viggo Mortensen ha vuelto a expresar su fanatismo por San Lorenzo en la noche del Oscar. Un amor desesperado que se aferra a lo único genuino además de las películas.
La venta de los derechos de televisión a los privados marca el regreso del fútbol pago. Un retroceso al que este cronista cree que hay que oponerle la desobediencia civil.
Las imágenes sexistas asociadas a símbolos futboleros existen desde siempre y no son más que otra muestra de la cultura machista de la sociedad.