El fútbol se expandía como espectáculo e Italia organizó la segunda Copa del Mundo. Fue la gran oportunidad para ratificar el paso triunfal del fascismo.
El fútbol se expandía como espectáculo e Italia organizó la segunda Copa del Mundo. Fue la gran oportunidad para ratificar el paso triunfal del fascismo.
El Mundial de Francia de 1938 se disputó bajo la amenaza de otra guerra mundial. Hitler ya había anexado Austria y Francia y Gran Bretaña lo miraban con recelo.
1962: Chile tenía su mundial y los católicos el Concilio Vaticano II.
Los mundiales regresaron luego de la Segunda Guerra Mundial, mientras que la URSS y los EEUU jugaban a repartirse el planeta. Era el comienzo de la Guerra Fría.
En tiempos de radicales cambios sociales, Inglaterra fue campeón en 1966.
México y el Brasil de Pelé en 1970. Pero lo importante pasaba en Chile: Salvador Allende asumía la presidencia. Un marxista llegaba al gobierno en elecciones democráticas.
Dos revoluciones en 1974: una fue con Holanda y la Naranja Mecánica; y la otra, más necesaria, en Portugal, cuando unos oficiales jóvenes se rebelaron contra la dictadura.
La dictadura militar argentina hizo del Mundial de 1978 una causa nacional, en busca de aire y una imagen presentable para una gestión que solo podía mostrar muerte y rapiña.
En Suecia 58 se jugaba el Mundial y en Cuba se hacía la revolución. Fue un cimbronazo en el mapa de América y una bisagra política que tiñó al resto del siglo XX.
Año difícil. La Guerra de Malvinas enlutaba a la Argentina. También surgía Lech Walesa, el líder sindical que luchó y horadó el poder soviético en Polonia.