Ahora resulta que para querer que un equipo argentino gane en un Mundial, todos aquellos que practiquen ese deporte deben ser buenas personas.
A días de la promesa de guardar silencio, Messi habló hasta por los codos en un evento de sus patrocinadores. Los berrinches son para la gilada, no para los dueños del negocio.
La Selección hace años que no juega a nada y empobrece hasta a los cracks. Pero, como buenos individualistas, por tener a Leo creemos que merecemos ser siempre campeones.
Messi se puso el traje de superhéroe y en una noche brillante acomodó algo los números de una Selección que, sin ser una maravilla, mostró otra actitud.
También se podría decir que es un duelo de miedosos. La cuestión central es que Bauza y Pekerman no rompen el molde ni aún en situaciones extraordinarias.
En línea con la jerga del Pro, un columnista de La Nación asegura que el fin de FPT, lejos de revelar una mentira de campaña de Macri, es un “sinceramiento”. ¿Lo qué?
La Selección fue a Brasil a buscar un empate y a rezar por un par de apariciones de Messi. Pero sin equipo todo es imposible, hasta la fe y el chamuyo del técnico.
Por buscar la originalidad algunos medios arman producciones que dan vergüenza ajena. ¿Qué se puede decir sobre gente grande hablándole a un objeto como la Copa Davis?
Argentina tiene genios del deporte como pocos países, que casi nunca son valorados como se merecen porque Argentina tiene genios de la opinión como ningún país.
Valdano explica a Pep jugador. Encuentra las razones que llevaron al catalán a entender que el fútbol es un cerebro colectivo y una idea con la que se divierte.
Los jugadores de la Selección se hartaron del exitismo destructivo de cierto sector del periodismo nacional y cortaron relación. Lo bien que hacen.