Ahora resulta que para querer que un equipo argentino gane en un Mundial, todos aquellos que practiquen ese deporte deben ser buenas personas.
El Mundial de Brasil se caracterizó por los malos arbitrajes. Fueron jueces permisivos y de tarjeta difícil, todos ellos apañados por las recomendaciones de la FIFA.
El Mundial terminó y quedan temas para reflexionar, como por ejemplo sobre aquello de la "unidad nacional" que nos hace ser tan estereotipo publicitario.
Brasil se despedazó deportivamente porque sus jugadores no fueron capaces de soportar la presión social y mediática. Scolari fue el gran responsable por lavarse las manos.
El único secreto para vencer a Alemania es encontrar la fórmula para ganarle la mitad de la cancha. Si se tiene éxito allí, seguramente el futuro nos dará una alegría.
De la zurda de Leo Messi a los testículos de Mascherano.
Terminó la primera fecha de Brasil 2014 y ya hay varios equipos que pelean irremediablemente por no descender. Pero lo de Camerún viene siendo todavía lo más triste.
Independiente consiguió lo obvio pero estuvo a punto de no volver. ¿No fue campeón? Qué importa. La Primera es su lugar.
¿Cómo deben actuar los entrenadores de fútbol hacia adentro y hacia afuera del grupo para que todo sea armónico?
Desde chico, Sergio Martínez soñó con ser campeón. Y lo consiguió. Aunque por momentos parece un producto global, Maravilla es argentino.
Sabella dio la lista con una limpieza más o menos previsible. Aunque algunos titulares inspiran menos confianza que los borrados, jamás fueron tema de debate para el entrenador.