Teníamos ganas de regalar algunos ejemplares de 22 Locos, nuestro primer libro en la colección Un Caño que edita Planeta (acá lo pueden conseguir). Porque es lindo hacer (y recibir) regalos, porque está bien ser agradecidos con nuestro fiel gueto de lectores y, también, porque es útil para promocionarlo. De algo tenemos que vivir, compañeros.

El problema fue pensar en la manera de regalar los libros. No queríamos extorsionar al público con eso de “seguime en twitter o en facebook para participar” y tampoco queríamos hacer un sorteo puro y duro. Queríamos hacer algo más justo y, sobre todo, divertido. ¿Pero qué? Pensamos en hacer algunas preguntas difíciles pero hoy casi todo se puede googlear. Pensamos en elegir alguna foto extraña pero, oh, también se pueden googlear las fotos (fucking google, tan útil para tantas cosas y tan jodido para otras). Entonces, después del tercer o cuarto café irlandés de una de nuestras reuniones matutinas, decidimos hacer con nuestros lectores lo mismo que hacemos nosotros: jugar juegos inútiles. Porque si en algo somos expertos es en saber cosas inútiles. Sí, nos divertimos barato y queríamos hacer lo mismo con nuestro público.

Nosotros solemos jugar a armar equipos completos con jugadores que tengan un apellido que sea un verbo, o que el apellido sea un oficio, o un sustantivo, o un adjetivo. Jugadores que pasaron por Chacarita y por Chicago… Jugadores con apellido de dos o tres letras… En fin, ya ven, jugamos a tonterías bien tontas. ¡Pero nos divertimos cuando surgen algunas genialidades! Como la primera vez que estábamos jugando a “jugadores-verbos” y alguien tiró “Pelé”. ¡Maravilloso!

Perfecto: hagamos lo mismo. ¿Con qué consigna? Tratamos de pensar en algo que no fuera imposible pero tampoco una pavada. Entonces decidimos: “jugadores cuyo apellido sea un verbo y también un sustantivo”. Por supuesto: nosotros fuimos los primeros en jugar y, al darnos cuenta de que había unos cuantos, lanzamos el concurso en la redes sociales. ¿Quién ganará el libro? El que proponga el apellido más original.

Enseguida recibimos montones de respuestas y muchas pero muchas genialidades. Aunque al principio algunos buscaron verbos y se olvidaron del sustantivo, fueron los propios participantes los que se aclararon las reglas entre ellos. No se imaginan el placer que nos provocó esa interacción. Asqueados de leer en otras páginas comentarios del tipo: “bostero puto” o “gallina vigilante”, “nuestra gente” se comunicaba en paz y se explicaba las cosas con cariño. Con sutileza e ironía también, como ese que tiró: “qué duró está el concepto de sustantivo”. Y de esa manera ayudó a los demás a entender mejor el enunciado de la propuesta.

Como ya les contamos, recibimos respuestas geniales. Omar Palma, Julián Camino, Valentín Viola, Jorge Comas, Rodrigo Mora, Augusto Batalla, Milton Casco, Víctor Cuesta, ¡Kevin Cura!… Algunos se fueron más allá y eligieron apellidos internacionales. Como el coreano Park (parque y estacionar) o como el alemán Kross (cruz y cruzar, aunque sea cross están aceptadas las faltas de ortografía). Algunos buscaron nombres de africanos desconocidos y hasta nos enviaron la información de wikipedia como para que supiéramos que existe un juvenil congoleño llamado Lauren Fabrice ¡Tumba!

En apenas una tarde, más de 300 personas propusieron su futbolista. Y, por ahora, sólo uno va a ganar el libro (las próximas semanas vamos a regalar algunos más). Sin embargo, creemos que todos nos divertimos mientras tanto y eso es mucho mejor que ganar. Se lo decimos nosotros que no ganamos casi nunca. Pero nos divertimos casi siempre.

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