Sabíamos que Marilyn Monroe tuvo algo que ver con el deporte ya que su tercer marido, Joe Di Maggio, fue uno de los más grandes beisbolistas de la historia. Sin embargo, no fue acompañando al héroe de los New York Yankees que la rubia llegó aquella tarde al Ebbert Field de New York, el estadio dónde fue tomada la fotografía.
El 12 de Mayo de 1957, en el marco de los festejos por el noveno aniversario de la creación del Estado de Israel, se disputó un partido amistoso entre el Happoel de Tel Aviv y un combinado de la American Soccer League. Marilyn estaba casada con quien fue su cuarto marido, el dramaturgo polaco Arthur Miller, activo participante de la causa judía, quien convencido del impacto marketinero que la presencia de su mujer podía aportarle al evento , le pidió que se encargara de la patada inicial para asegurarse la foto en los diarios.
Los visitantes ganaron 6 a 4. Debe ser el único caso en la historia del fútbol en el que el puntapié inicial fue inolvidable y el partido, olvidado.