Frank Rijkaard lo mandó a la cancha con la consigna de moverse por la derecha, tapar al lateral y jugar cuando se adueñara de la pelota. Iban 82 minutos del clásico frente al Espanyol. Lio tenía 17 años, 3 meses y 22 días y se convirtió en el segundo jugador más joven de la historia, en ponerse la camiseta azulgrana. Con el 30 en la espalda reemplazó a Deco, uno de sus ídolos junto a Ronaldinho. No pasó inadvertido para ninguno de los 34.000 espectadores presentes en Montjuïc.

A Messi lo vi bien, con 17 años y su calidad… tiene mucho futuro, apuntó Andrés Iniesta al final del partido.