Hace poco nos enteramos de una cábala insólita en el fútbol del mundo. Al menos, de lo que pensábamos que era una cábala insólita. Resulta que el entrenador de la selección de Panamá, el colombiano Hernán Darío Gómez, estaba a punto de subir al micro de su equipo con las zapatillas al revés. Es decir: tenía puesta la izquierda en el pie derecho y la derecha en el pie izquierdo. Varios jugadores se lo hicieron notar.
Los periodistas que cubrían el momento, previo al partido ante México por Eliminatorias, no estaban muy seguros de lo que estaba pasando. “Profe, profe, ¿qué le pasó con los zapatos?”, le preguntaron. Bolillo se mató de risa. Por suerte vivimos en la era digital en la que todo se registra y hay un video de esta boludez infinita.
En ese instante, el entrenador no hizo otra cosa que reírse. Después deslizó que la cuestión tenía que ver con la búsqueda de buena suerte. Con una cábala. En la mesa de Un Caño, sin embargo, nos asaltó una duda. Una cábala normalmente llega a ser tal porque hay una situación determinada que se dio y casualmente trajo suerte. Es decir, como ejemplo, si uno es DT y fue al partido con un saco azul, y el equipo ganó, a partir de entonces asociará el saco azul con el triunfo. Y repetirá el uso de ese saco azul. Probablemente se calce el saco azul hasta cuando hace 43 grados a la sombra.
La duda que se nos planteó, entonces, fue la siguiente: ¿en qué momento se dio que el Bolillo tuvo las zapatillas al revés, como para definir que eso le traía buena suerte? Era sospechoso. A tal punto que (según este medio mexicano) “el técnico no se percató del error, y pensó que la incomodidad era producto de la forma y diseño de los tenis”. Los tenis, o sea, las zapatillas. Lo que se sugiere es que el técnico no sabe bien qué zapato va en cada pie.
Varios se rieron de su superstición o su idiotez. Nosotros tampoco creímos que fuera tan místico ni tan salame.
Después de la inédita clasificación de Panamá al Mundial, las críticas y las risas por parte de los medios se transformaron en elogios. Nadie se volvió a reír de su cábala (o de su falta de discernimiento sobre cuál es cada uno de sus pies). Después de todo, clasificó a la Copa del Mundo como entrenador con tres selecciones distintas. Colombia en 1998, Ecuador en 2002. Panamá, ahora.
La verdad nos llegó en esta muy buena entrevista que le hicieron a Gómez después de su histórico logro al frente del equipo centroamericano. Transcribimos la pregunta y respuesta que le hicieron al respecto:
“-Oiga y eso de los zapatos al revés… ¿fue un cuento para bajarle la caña a alguien o la presión a su grupo?
-Es que acá es duro con la prensa. Si en Colombia soy carne de cañón, imagínese acá. Ha sido difícil. Yo siempre peleo con la prensa, pero acá es bravo. Tienen la Selección vuelta nada. Cómo será que un periodista dijo, después de la clasificación, que para qué íbamos al Mundial si no teníamos nada que hacer. Cogen todo lo malo. Hay gente que no quería que su Selección clasificara, eso es increíble. Entonces, como ven todo al revés, pues me puse los zapatos así”.
Así, al revés. Como lección para la prensa. Porque lo castigaron duro durante toda la Eliminatoria, especialmente después de perder un partido 4-0 contra Estados Unidos. El tipo se rió de todos. A carcajadas. Va al Mundial (otra vez) y se pone los tenis como se le canta.
Les dejamos una respuesta más de esa misma nota, que no tiene nada que ver con el hecho puntual pero es preciosa y retrata al personaje.
“-Por imágenes de Tv se le vio tan emocionado que llegó a besar el balón y ponérselo en la frente por un buen rato, ¿qué quería expresar?
-Siempre, en las concentraciones, en mi habitación, en el comedor, mantengo un balón cerca, desde que dirigía a Nacional lo hago. Terminado el partido lo cogí y le dije: por fin; sos la persona que nunca me fallás, ni me faltás, ni me hablás, pero sos la que más alegrías me das. Eso le dije”.