El tipo te hace atractiva cualquier competencia deportiva. No importa en qué cancha juguemos, en qué pileta, si hay una pelota de por medio, si se baila sobre patines, si hay que levantar 100 kilos o hay que remar más rápido. Gonzalo Bonadeo irradia una pasión amateur tan grande como los Juegos Panamericano que nos muestra y nos cuenta desde TyC Sports.

soler 350Por eso, ante una oferta seductora, es lógico que el control remoto se vaya más seguido hacia TyC Sports. Y ahí está, a cualquier hora, la voz de Bonadeo. Te cuenta sobre Giselle Soler y, de pronto, estás mirando patín artístico como si fuera la final de Wimbledon. Te enterás, siempre gracias a Gonzalo, que la niña un día tiene que hacer una rutina corta y, al siguiente, una larga. La rompe en la corta y la rompe aún más en la larga. Porque la chica de 18 años se cayó tras las dos primeras piruetas (no, no somos Bonadeo y no sabemos cómo se llaman esos malabares que hace con su cuerpo) y, a partir de ahí, intentó cosas más difíciles todavía y le salieron todas.

Giselle le dio a Argentina la primera medalla de oro y, obviamente, fue entrevistada por Bonadeo. Ahí aprendimos las diferencias entre el patín sobre ruedas y sobre hielo. Que las chicas que practican sobre hielo tienen el cuerpo más parecido a una bailarina y las que lo hacen sobre ruedas son del estilo de las gimnastas. Que las cuchillas son más livianas que las ruedas y eso permite hacer un giro más en el aire. Todo contado por la protagonista.

En plena entrevista, estaba por arrancar el rugby entre Los Pumas y Canadá. ¿Qué hacer? ¿Cortar a la chiquita para ir al seven? ¿Poner la imagen de Los Pumas unos segundos más tarde? Una decisión difícil que Bonadeo manejó de taquito: ofreció disculpas por no escuchar los himnos, siguió entrevistando a Giselle y la despidió justo cuando arrancaron Los Pumas.

Apenas agarró la pelota un jugador de Canadá, Gonzalo comentó “ojo que éste es muy inteligente”. Y terminó siendo el jugador decisivo. Sin tiempo para lamentos por la derrota, las imágenes ahora son de beach vóley o de chicos deslumbrando arriba de una barra o de chicas tirándose desde un trampolín. Da lo mismo. Ahí está Bonadeo haciendo más amenos los Juegos.

Al día siguiente, más de lo mismo. Entre tanto deporte diferente, el periodista relata wáter polo y se le escapa “en la cancha”. “En la pileta”, se autocorrige inmediatamente. Y te habla de los jugadores argentinos y de los brasileños como si fueran Mancuello o Bou.

No nos importa cuánto sabe o cuánto la dibuja (preferimos ser naif; o amateurs, para estar a tono) pero, acostumbrados a ver y a escuchar a tantos periodistas que no saben muy bien de qué hablan; Bonadeo, con su amor por lo que está haciendo, nos compra, nos seduce y nos hace consumir algo que de otra manera no haríamos.