César Menotti, en una de sus más recordadas diatribas contra su narigón archirrival, reflexionaba sobre la generosidad del fútbol que, acogiendo en su seno a Bilardo, había librado a la humanidad entera de padecerlo en su función de doctor en medicina.
Hasta hace pocos días fantaseábamos con hacer el mismo chiste con respecto a Fernando Niembro, ya que la política nos libraría de seguir escuchando sus conceptos futboleros. Pero el canditato del PRO, anunció en una entrevista concedida a Radio Splendid, que aún en caso de asumir como diputado nacional en diciembre, continuaría vinculado al fútbol trabajando como periodista, ya que tenía contrato vigente con FOX por un año y medio más.
Ya en los noventa, el periodista había incursionado en la política como secretario de medios del gobierno menemista donde tuvo el alto honor de comunicar los indultos a los genocidas. “Yo le hice un aporte a la comunidad, porque creía que podía en ese momento participar y después me di cuenta que el puesto me quedaba grande, y porque quería seguir trabajando como periodista, me fui”, continuó Niembro en la entrevista radial.
Cuando ante la inminencia de la Sudamericana y la Champions los sufridos telespectadores comenzábamos a resignarnos a seguir padeciendo sus enrevesados comentarios futboleros -matizados con su interminable lista de chivos- estalló el escándalo que lo vincula con algunos graves episodios de corrupción, que la justicia deberá corroborar.
Tras más de una semana de balbuceos e intentos de disimulo de los principales dirigentes de su espacio político, los que sí dieron señales de vida fueron sus empleadores de TyC Sports y FOX, que a esta altura ya no ganan para sustos. Le mostraron la roja o, por lo menos, lo invitaron a desensillar hasta que aclare.
Finalmente, Niembro acaba de renunciar –o lo obligaron a hacerlo- a su candidatura a diputado nacional. De modo que se quedó sin el pan y sin la torta.
Fundamentalmente sin la torta.