El campeonato argentino de 1948 es recordado por dos curiosas circunstancias: la famosa huelga de futbolistas, que terminó con el éxodo de gran cantidad de cracks argentinos al exterior y el arribo de árbitros ingleses, contratados por AFA para intentar poner fin a una larga historia de sospechosas irregularidades en favor de los equipos grandes, de las que eran acusados los jueces criollos.

La misión de contratar a los árbitros británicos fue encomendada a Manuel González, representante de Newell’s Old Boys ante la AFA y ex jugador de la institución. Además de cumplir con éxito su tarea en las islas británicas, el delegado rosarino se hizo su tiempo, además, para investigar un poco el mercado de jugadores en busca de posibles refuerzos para su club. En Inglaterra le recomendaron asistir a un partido que disputaba un combinado de la Segunda División de la Liga de Escocia y, al parecer, al delegado le gustaron algunos de los futbolistas que jugaron esa tarde.

Pocas semanas más tarde, cuando se llevaban disputadas 10 fechas del campeonato local y Newell’s venía cumpliendo una muy aceptable campaña, llegaron a la Argentina los escoceses John William Kilpatrik, 25 años, volante del Greenok Morton FC; Stewart Mc Callum, 26 años, centrodelantero del Hearts of Midlothian FC y Donald Mc Donald, 22 años, wing izquierdo del Kilmarnock FC, para sumarse a las filas rosarinas.

equipo 350Unos pocos entrenamientos bastaron para convencer a Gerónimo Díaz, entrenador de Newell’s, que los recién llegados estaban listos para saltar a la cancha. Debutaron los tres frente a Gimnasia en el Parque Independencia, por la 11°fecha. Para Kilpatrik y Mc Donald, fue debut y despedida. Newell’s perdió 2 a 1 y la actuación de los escoceses fue desoladora. La crónica del diario El Mundo, al día siguiente, trataba de encontrar alguna justificación al fiasco: “… fue evidente que la escasa colaboración de sus compañeros de equipo repercutió en el desempeño de los extranjeros…” “…Es que los largos minutos de espera, de aislamiento, les restó confianza, y tal vez los desmoralizó. De otra manera no puede justificarse tan pobre rendimiento, después de haberse mostrado tan capaces en las prácticas previas al match.”

Muchos años después, en 1987, Arturo Buján, delantero titular de Newell’s aquella tarde, le contó a la revista SuperFútbol su opinión sobre las capacidades de los escoceses: “No se podía intentar nada con ellos. Eran muy malos. Yo llevaba la pelota, amagaba que se las iba a dar y me volvía. Era un suicidio dársela a ellos. La perdían siempre.”

Stewart Mc Callum, el centrodelantero, alcanzó a jugar sólo dos partidos más en la Primera rojinegra, en Lanús en la 20° fecha (1 a 1) y la semana siguiente en Rosario frente a Banfield -ganó Newell’s 2 a 1-, sin marcar goles.

Faltando cinco fechas para terminar el campeonato se declaró la huelga y los equipos se integraron con jugadores amateurs. Newell’s terminó quinto. Los tres escoceses -únicos futbolistas de esa nacionalidad que jugaron profesionalmente en Argentina- tras su fugaz y decepcionante paso por nuestras canchas, sin pena y sin gloria, regresaron a su patria.

Fuentes: Colección revista Superfútbol; Un Siglo de Fútbol Argentino de Pablo Ramirez y monografía de Ricardo Gorosito del Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol (CIHF) – 2001.