“En Corea del Norte, las volcadas valen tres puntos, los triples que entran sin tocar el aro cuentan como cuatro puntos y las canastas que se consiguen en los últimos tres segundos del partido valen ocho puntos. Además, los tiros libres fallados restan un punto. Todo por hacer este deporte más interesante”.
La cita textual pertenece a este artículo del diario Marca, publicado en marzo de 2013, y es parte de un supuesto informe chino que reprodujeron varios medios de Latinoamérica y de España. Se supone que las insólitas reglas del básquet en aquel país asiático fueron adaptadas por Kim Jong Un, líder absoluto de una nación que parece una novela de George Orwell.
El dato es viejo, es cierto, pero nos cayó como desde el cielo hace relativamente poco. Y nos picó la curiosidad. Es un mal común en Un Caño. El primer plan fue buscar algún video de esos partidos con reglamento inusual. Parecía una misión difícil, pero resultó sencillo teclear en YouTube y encontrar no sólo uno, sino dos encuentros disputados entre equipos norcoreanos.
Pero algo no cerraba. Ambos juegos fueron disputados abril de 2013, es decir, casi en la misma fecha en que Marca publicó las supuestas locuras reglamentarias de un gobernante que tiene fama de entrometido en todos los ámbitos del país. Sin embargo los partidos que pudimos ver tenían, a grandes rasgos, las mismas reglas que en cualquier otro lugar del mundo.
De hecho, pese a que habíamos contemplado algún triple que no tocó el aro y valió sólo tres puntos, nos comimos 18 minutos de video para encontrar el primer tiro libre fallado. Y nadie restó.
Empezamos a sospechar seriamente que nadie chequeó nada, y que lo de los chinos pudo ser tranquilamente una chantada atómica o bien una joda en chino, vaya uno a saber. La cuestión es que decidimos buscar a algún periodista –preferentemente de básquet- que haya estado en Corea del Norte para aclarar la cuestión.
Aunque encontramos una hermosa serie surcoreana sobre la actuación de la Corea todavía unificada en el básquet de los Juegos Olímpicos de 1948, no pudimos tener contacto con ninguna fuente directa que haya pisado un parquet en Pyongyang. Porque resulta que son más bien pocos los tipos que pueden entrar en Corea del Norte.
Hasta que nos topamos con un laburo maravilloso de un grupo de periodistas que, según parece, en la era de la banalización y la repetición de basura, sigue haciendo periodismo: los muchachos de VICE, que armaron una serie documental para HBO. Uno de los episodios fue justamente en Corea del Norte, y estuvo íntimamente relacionado con el básquetbol.
Sabíamos, como casi todo el mundo sabe, que el ex compañero de Michael Jordan, ex Chicago Bulls, ex chico rebelde y ex crack rebotero Dennis Rodman había estado ahí. Pero no conocíamos la razón exacta de su viaje. Fue una idea de VICE, llevar a Rodman y a un par de Globetrotters a hacer una exhibición. Kim Jong Un, supuesto fan de Jordan y compañía, aceptó. El resultado es media hora extraordinaria en la que un periodista nos pasea por donde lo dejan pasearnos, y nos muestra un mundo que ignorábamos por completo –y que gran parte del mundo ignora-.
Hay estadios, hay jugadores nacionales de alta competencia, hay un prospecto norcoreano de NBA que no pudo ir a Estados Unidos por la mala relación entre los países, hay evidencias notorias del control estatal y la exaltación de la figura del líder omnipresente, hay niños jugando en una cancha callejera, hay festejos por una prueba nuclear, hay un estadio superprofesional, hay orden hasta en el aplauso, hay una ovación con lágrimas hacia ese presidente/semidiós. Hay, en fin, un documental que vale la pena ver.
Los muchachos que estuvieron ahí jugando al básquet no hacen ninguna referencia, en ningún momento, a las supuestas reglas extrañas determinadas por Kim Jong Un. Ni siquiera cuando juegan un partido, cuando los basquetbolistas estadounidenses dan clínicas para jóvenes o cuando charlan con los profesionales locales.
Así que déjennos dudar. Es posible que el tema de las reglas sea un cuento chino. El capítulo de VICE, en cambio, es un cuento norcoreano. Y ustedes ya saben cuál es la literatura que más nos gusta.