Finalmente, hace algo más una semana, cuando comenzó a disputarse esta nueva temporada de la Bundesliga, se hizo realidad algo que vaticinamos con un año de adelanto: Red Bull ya tiene a su equipo de fútbol en Primera.
Con algo de ironía, el debut del Red Bull Leipzig (RBL), apenas uno de los cinco equipos que la empresa de energizantes tiene por el mundo, fue de visitante ante Hoffenheim. Justo el club más bastardeado de Alemania porque llegó a Primera gracias al dinero del poderoso industrial del software Dietmar Hopp, quien lo compró en el 2000 cuando estaban en Quinta División.
RBL sacó un buen empate 2-2 pero se llevó la reprobación de los hinchas locales, como bienvenida a la máxima categoría. La cabecera sur del Rhein Neckar Arena se llenó de banderas con consignas para expresar, no sin una indispensable cuota de buen humor, el desprecio generalizado que se vive en el fútbol alemán por este el engendro capitalista de Leipzig.
Algunos medios consideraron la protesta como hipócrita, porque buena parte de los equipos alemanes están bancados por empresas, caso Wolfsburg, Stuttgart y el propio Hoffenheim. Pero las diferencias son evidentes. La relación de Wolfsburgo con Volkswagen es histórica. El pueblo y el club se fundaron para los trabajadores de la fábrica y hoy el equipo representa a toda una ciudad. Stuttgart es el club de la localidad y Mercedes Benz su empresa, aunque la automotriz es más joven. Hoffenheim es una institución más, con socios y todo, como Manchester City, comprado por un millonario aburrido. RBL, en cambio, es puro marketing.
Los hinchas de Hoffenheim eligieron el mejor enfoque para la protesta. Con autocrítica, repudiaron de forma ingeniosa a RBL y, un poco también, a ellos mismos. Entre muchas banderas geniales que mostraron destacamos estas:
-“¡Devuélvanos el trono!” (de club empresario).
-“El equipo más odiado de Alemania” (ahí no sabemos si hablan de ellos o de los rivales).
-“TSG 18,99 euros Hoppenheim” (en referencia a Hopp, su dueño).
-“Al fútbol lo destruye un solo equipo, Hoffe y nadie más”.
-“Gracias a esas putas bebidas energizantes podemos bardearlos”.
-“No cualquiera puede ser un equipo plástico. Fuck RBL”.
-“El Plástico”.
-“El dinero manda”.
-“Dietmar Hopp – un patrón con corazón”.
-“Ahora solo Sandhausen no odia” (el rival local).
-“Por suerte, nadie está viendo esto”.
Pinta para que Red Bull Leipzig pase por una larga temporada de repudios en donde sea que juegue. La semana que viene reciben a Borussia Dortmund. Una de las hinchas más populares de Alemania debe tener mucho para decirles. Encima, en su casa. Estamos ansiosos por verlo.