César Luis Menotti

El primer cuidado de un técnico es no equivocarse en la elección de los jugadores. Yo los elijo por su talento; entre uno de buena condición atlética y otro talentoso, no dudo: me quedo con el talentoso. De un talento, trabajando, puedo hacer un atleta. De un atleta sólo puedo hacer un atleta mejor.

Cuando acepté ser el técnico de la Selección, uno de los puntos que exigí fue contar con absoluta autonomía para elegir a los futbolistas, una referencia que parece obvia pero que en nuestro fútbol es importante remarcar para que nadie se confunda.

A pesar de que siempre dije que esperaría hasta último momento para definir una provisoria lista de 40 jugadores y luego la definitiva de 22, yo nunca tuve dudas sobre los nombres. De todos modos tuve reuniones con mis colaboradores, quienes me daban sus impresiones.

La pregunta fundamental que me hice al momento de delinear el plantel fue: “¿Qué hago en caso de tener que reemplazar a cada titular?”. Desde ahí lo fui armando.

Carlos Salvador Bilardo

A los Mundiales hay que llevar a los jugadores que conozcan al técnico y que el técnico conozca. No se puede convocar a más de un jugador que no haya estado antes, en el proceso previo al torneo. Y es importante que el entrenador decida por su cuenta.

Yo llevo a los ganadores. Es una cuestión de lógica. En las malas, los ganadores van a sacar adelante al grupo. Un optimista que juegue 6 puntos puede ser preferible a un pesimista que juegue 8, obviamente dependiendo de quiénes sean. Está claro que el pesimista puede generar un efecto negativo: duerme con un compañero, come al lado de otros cuatro y en cada uno de esos momentos puede transmitirles sus sentimientos.

Los jugadores a convocar deben cubrir todas las eventualidades. La premisa es poder armar con ellos todas las tácticas que el entrenador tenga en la cabeza, recordando que con un jugador técnico hacés una táctica, pero que de un jugador táctico no hacés uno técnico.

No está mal llevar a un par de futbolistas de características similares, como en su momento Batistuta y Crespo. Uno  puede servir de reemplazo o competencia del otro. Y además a ellos los hubiera puesto juntos.


*Publicado originalmente en el número 9 de la revista Un Caño. En mayo de 2006.