Cuando hace un año conocimos la historia de Andy Van der Meyde lo que más nos atrajo fue su sincero arrepentimiento por los excesos del pasado. Ahora que nos volvimos a encontrar con el holandés lo vemos, muy bien acompañado por cierto, tan divertido y desprolijo como siempre. Esta vez, arbitrando la Copa del Mundo de fútbol femenino en ropa interior. El campeón, si le importa a alguien, fue Holanda, el local. Van der Meyde, nos preguntamos, ¿todavía estará intentando volver con su exmujer?
También hay video, pero concentrémonos en lo importante.
Carreras, cocaína, una stripper y una cabra
El holandés Andy Van der Meyde, ex futbolista del Ajax, el Inter y el Everton, reveló en una entrevista que sufrió adicciones a las drogas, a las mujeres y al alcohol durante su carrera. (Publicado en el N° 57 – marzo de 2013).
Andy Van der Meyde tiene 33 años y lleva dos retirado del fútbol profesional. Jugó en Ajax, Inter, Everton y PSV. Y sufrió el deporte más de lo que pudo disfrutarlo. “Un futbolista puede hacer lo que quiera, tiene dinero y se siente Dios”, aseguró el hombre en una entrevista concedida a la BBC, donde reveló su alcoholismo, una serie de aventuras sexuales y una adicción a las drogas que lo atormentaban en su época de jugador.
El holandés ya tenía hábitos poco saludables en su club de origen. “Competíamos en carreras nocturnas locas por el anillo de la A10, la autopista que va alrededor de Amsterdam. Zlatan tenía un Mercedes SL AMG, Mido alternaba entre la Ferrari y el BMW Z8″, escribió en su autobiografía. “Tomas Galasek me metió en los cigarrillos”, agregó.
Cuando le faltaban oportunidades de mostrarse en cancha, durante su paso por el fútbol italiano, se inclinó hacia el alcohol: “Salía a beber así no pensaba sobre el fútbol”, contó. Fue apenas una entre varias frases dolorosas. “Una vez de fiesta en Manchester, me bebí una botella de ron y fui directamente al entrenamiento. En las pruebas hice mis mejores tiempos, pero no podía ocultar que iba borracho”, relató.
En Milan también desató su locura por los animales. “Tenía un zoológico en el jardín de mi casa: caballos, perros, cebras, loros, tortugas… Una noche en el garaje, en la oscuridad, vi algo grande y escuché sonidos extraños. Mi mujer había comprado un camello”.
Esa particular obsesión lo llevó hasta el Everton, aunque prefería jugar en Mónaco, que también buscaba sus servicios en aquel momento. “Llamé a mi mujer y le dije que en Montecarlo sólo había apartamentos, por lo que no podría tener una cebra. Ella no aceptó y acabamos en Liverpool”.
El dinero, claro, también tuvo algo que ver. “Me ofrecían un sueldo de 37 mil euros por semana, más del doble de lo que yo percibía en el Inter. Fui corriendo. Lo primero que hice fue comprar una Ferrari y emborracharme en el News Bar, uno de los locales más populares de Liverpool”. Ahí se enamoró de una bailarina de striptease. “En aquel mundo, beber y consumir cocaína estaba a la orden del día”, sostuvo.
Engañó a su mujer con la stripper durante meses hasta que la perdió. “Iba a casa a buscar ropa y le decía que estaba recuperándome en un hotel”, relató. Cuando un detective lo expuso, con fotos y videos, él negó todo. La realidad estaba fuera de su alcance.
Lo peor lo vivió en Inglaterra. “Estaba fuera de control, no podía dormir si no consumía pastillas. Cosas fuertes que tenía que tomar con receta médica. Así que se las robaba al médico del club. Lo hice durante más de dos años. Entonces llegó la cocaína, la tomaba con ron y vino. Me di cuenta de que me tenía que ir de Liverpool o estaría muerto”.
En su libro, Van der Meyde también lamentó “haber sido un idiota” y “haber echado a perder” su carrera. Ahora lo único que quiere es volver con su ex y recuperar, de alguna forma, el tiempo que fue desperdiciando.