Rodolfo De Paoli cuenta que tiene una especie de laboratorio futbolero en su casa: libros, DVD, fichas, y borradores que revisa hasta en las madrugadas de insomnio. “Yo vivo para el fútbol”, dice el relator de Fútbol para Todos y, desde esta semana, ayudante de campo de José “Turu” Flores en Defensa y Justicia. De Paoli, 36 años, jugó en Nueva Chicago, el club del que es hincha, y fue entrenador de varios equipos del ascenso. “Pasé por todas las categorías y ahora quiero tener la experiencia en un cuerpo técnico de Primera, esto va a ser un buen golpe de horno”, explica De Paoli, que conoció a Héctor Almandoz, el otro ayudante de campo del Turu, cuando ambos se entrenaban como jugadores libres.

–¿Buscabas algo así?
–Sí, pero no tenía la chapa como futbolista y tenía la etiqueta de relator de fútbol.

–¿Te pidió alguna tarea específica el Turu Flores?
–No, charlamos todo el tiempo sobre lo que vemos y tanto con él como con el Coio coincidimos en muchas cosas porque tenemos la misma idea.

–¿Los jugadores qué dijeron?
–Me están estudiando pero en diez días ya me van a conocer mejor que ninguno. Soy uno más de ellos y hablamos el mismo idioma.

DYJ–¿Cómo vas a combinar el FpT con Defensa y Justicia?
–Voy a estar en los entrenamientos y también en los partidos. Esa es la prioridad. Si el domingo juegan River y Boca, no podré relatar pero sí puedo hacerlo un miércoles a la noche.

–¿No te plantea un dilema ético estar en los dos lados?
–No, ¿Sabés por qué? Porque yo no critico a nadie. Hago aportes del juego. Cuento y transmito.

–¿Ya relatabas cuando jugabas?
–Relato desde que nací, pero no por querer ser relator sino porque era un enfermo del fútbol. A la mañana y a la tarde jugaba a la pelota, y a la noche relataba con muñequitos y figuritas. Pero no soñaba con relatar.
–¿Apenas te retiraste decidiste ser entrenador?
–No, cuando me retiré quedé muy depresivo. No me di cuenta que me había retirado. Cuando me quise acordar estaba relatando en Radio Mitre a Boca.

–Llegaste ahí por un concurso para remplazar a Fantino, ¿por qué te presentaste?
–Impulsado por Víctor Hugo Morales, que me dijo que tenía mucha pasta cuando lo fui a ver con un grabador. Eso fue una luz en la oscuridad y me aferré. Había empezado a relatar en una radio partidaria de Chicago y como no era tan sencillo me obsesioné por mejorar.

–¿A veces no te pasás de rosca con la emoción?
–Hasta hace cuatro o cinco años no me podía escuchar, me parecía horrible. Relataba muy rápido y gritaba. A veces veo una situación que sé que va a terminar en peligro y me subo a eso. Pero a la gente le molesta y es una autocrítica que me hago para mejorar. Porque la gente no está viendo lo que veo yo, está viendo a su equipo. Estoy jugando mal con las emociones de los televidentes. Aunque es real que mi pasión por el fútbol me hace emocionar. Yo no digo frases hechas, son espontáneas.

–¿Como “¡Qué viva el fútbol, Pisculichi!”?
–Por ejemplo. O el latiguillo “vivimos, sentimos, disfrutamos”. Yo vivo, siento y disfruto. Estoy encima del partido. No podría relatar una carrera de Fórmula Uno. No soy un relator deportivo, hago fútbol.  Y no soy periodista deportivo, soy un ex jugador y entrenador que relata.

–¿Por qué pegó lo de Pisculichi?
–Yo decía “viva el fútbol”. Un día dije “viva el fútbol, Romagnoli”. Pero lo otro fue en un River-Boca con 40 puntos de rating. Igual que con el grito de Barovero en el penal que le atajó a Gigliotti. No lo preparé.

–¿Y el cuarto gol de Alemania contra Brasil en el Mundial?
–Para mí es el mejor que relaté en mi vida. Es desprolijo, pero no me importa porque eso es lo que soy. Y ese es el fútbol que me gusta.

–También fuiste el que le puso “El relator del pueblo” a Marcelo Araujo
–Sí, también fue espontáneo.

–¿No te arrepentís?
–No, para mí el que relata a River o Boca en el horario prime time pasa a ser el relator del pueblo. Porque el Fútbol para Todos es para el pueblo y él relataba los partidos principales.

–Pero Araujo también era el relator de Torneos-Clarín
–El FPT era su vuelta y él lo sentía como una revancha personal. En ese momento no le pegaban como lo hicieron después.

–¿El fútbol que reivindicás es el que jugó Alemania?
–Sí, es el fútbol de los próximos 20 años. El Barcelona de Pep Guardiola, este Bayern Munich, España y Alemania. Rinus Michels revolucionó el fútbol en el 74 para la recuperación y el pressing total. Barcelona, con Pep, dijo que además de recuperar todos tenían que atacar. Y esa es la obra magnífica que generó. Al que no le gusta el Bayern Munich y el Barcelona no le gusta el fútbol. Aunque si no tenés otras armas y te gusta defender más, yo lo respeto.

–¿Se puede jugar así en Defensa y Justicia?
–Claro que sí. Estoy convencido que con tiempo se puede. A veces no te da el tiempo por los resultados inmediatos, porque el proyecto es ganar. Por eso Guardiola se enoja cuando le hablan de “tiki taka”. Yo fui a ver a Pep cuando estuvo acá y pagué la entrada de mi mujer y la mía, y cada vez estoy más orgulloso de haberlo hecho, me hizo emocionar.

–¿Tu mujer es futbolera?
–No, pero la senté ahí y le dije: “Mirá lo que es este tipo”.

–¿Lo pudiste conocer?
–Todavía no. Pero tengo un viaje pendiente a Europa para ver a Diego Simeone, que es amigo, a Javier Zanetti, y para conocer a Pep y a Johan Cruyff, que es mi máximo ídolo. Tengo 50 camisetas de Holanda.

–¿Cómo es eso?
–Cuando era chico me enamoré del Holanda del 88, con Gullit y Van Basten. Alguna vez me encapriché con tener la marmolada de triangulitos. Lloré por esa camiseta hasta que la conseguí. Es uno de los tesoros más preciados. Mi idea es hacer un museo. Colecciono botines, pelotas, momentos, imágenes. Yo sin el fútbol no podría vivir.

–No fuiste a un Mundial como futbolista pero sí como relator

–De Chicago me escapé para ir a Francia 98 con un amigo. En 2006 fui como periodista y en 2014 como relator. Me prometí que el próximo o el otro tengo que ir con una delegación. No me banco más cubrir un evento. Tengo que ser parte. Y no es imposible. Imposible era que fuera relator.

–¿Por qué?
–Porque no sé qué pasó. Mi vida era el fútbol, los entrenamientos, vivir de eso. Los que juegan y jugaron se sentirían muy identificados de esto que digo. Yo estoy seguro de que voy a ser entrenador de Primera A, es el objetivo final.

Fuente: Tiempo Argentino