¿Quién dijo que del segundo no se acuerda nadie?

Los subcampeones también merecen ser recordados. Argentino de Rosario consiguió este logro por  mérito propio y además marcó un suceso singular dentro del fútbol argentino.

El equipo rosarino tiene en su historia centenaria algunos hechos (entre otros tantos) que quisiéramos recordar:

  • Es la única institución en el fútbol local donde dirigió Jorge Sampaoli, actual director técnico de la selección nacional.
  • En 1979 fue el cuadro donde se retiró como futbolista Marcelo Bielsa y donde anotó su único gol en partidos oficiales.
  • Y además (el hecho que motiva esta nota), es el primer y único equipo en la historia del futbol argentino que descendió a pesar de ser subcampeón.

Argentino de Rosario terminó segundo en el torneo de la Primera B Metropolitana 1988/89. Dirigido por José Machetti y Oscar Craiyacich, el plantel estaba integrado entre otros por Daniel Killer, Ricardo Ferrero, Rubén Plaino, Adrián Lanzoni y Abel Piva (luego jugaría en Independiente). Argentino tuvo entre sus filas al goleador del torneo: Raúl José Almada con 15 tantos.

La culpa, por supuesto, fue de los malditos promedios.

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Argentino llegó a la última jornada del certamen con chance de mantener la categoría. Solo un punto lo separaba de Defensores de Belgrano. En la última fecha ganaron ambos y la notable campaña no alcanzó para mantener la categoría. Todo por el collar de melones que representaban las campañas anteriores.

La revancha llegó en la temporada siguiente y el “Salaito” ascendió al obtener el octogonal de la Primera C.

Otro caso similar lo protagonizó Tigre en el torneo de Primera División 2011/12.  Esta vez la AFA zafó del papelón. El equipo de Victoria comenzó el torneo último en la tabla de los “Pro-miedos”.  A  16 puntos de Racing Club y a 17 de San Lorenzo. Debería pelear el campeonato para poder tener chances ciertas de mantener la categoría, sin depender de otros equipos.  Y así lo hizo.

La gran campaña del equipo dirigido por Arruabarrena le posibilitó llegar a la última fecha con chances de campeonar, pero también con la posibilidad de tener que revalidar su lugar en primera jugando la promoción.

El absurdo debate sobre si podía irse a la B y ganar el título en simultáneo se instaló nuevamente. Ante tamaño dislate, la AFA tuvo que salir a confirmar que a Tigre se le reconocería el título en caso de llegar a lograrlo pero aun así, no evitaría jugar la próxima temporada en el Nacional B si es que finalmente terminaba descendiendo. Insólito.

Finalmente en la última fecha del torneo Tigre empató en su casa frente a Independiente. Salió subcampeón a dos puntos de Arsenal, y se quedó en primera. Este desenlace evitó dicha situación no reglamentada. Es imposible reglamentar el absurdo.

Talleres de Córdoba vivió una situación parecida en el Clausura 2004, pero con descenso a la B Nacional incluido. Los cordobeses terminaron terceros sin poder evitar caer en la Promoción. Fue la primera que perdería Juan José Lopez como DT. Enfrentó a Argentinos Juniors y cayó en los dos partidos de la serie (ambos por 1-2). De esta manera, tuvo que resignar su plaza ganada para disputar la Copa Libertadores de 2005.

Cada año ante el inicio de un nuevo torneo se reaviva la discusión acerca de los promedios.

Increíblemente estos hechos no son considerados para cambiar el sistema de descensos. Asegurar la permanencia de los más poderosos, aún a costa de algún que otro papelón, continúa siendo lo prioritario.

Cuando intentamos compararnos con las ligas más poderosas del mundo omitimos el hecho que ninguna de ellas mantiene un sistema de descenso por promedios. En general aplican un principio simple: los tres primeros suben, los tres últimos bajan. Al aumentar las oportunidades de ascender el descenso pierde dramatismo.

La doble tabla ya provocó varias injusticias pero insiste en busca de nuevos records.

¿Quién dijo que del segundo no se acuerda nadie? ¿Serán los que prefieren olvidar en beneficio propio?

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