Aunque puede parecer de otra época, el club Colonia de Alemania tiene como mascota a un animal vivo, que aparece en el estadio cada vez que el equipo juega de local. Su nombre es Hennes VIII, y es parte de una dinastía de cabras que acompañan a los muchachos del primer campeón de la Bundesliga desde hace 65 años.
El nombre del club, estrictamente, es 1. Fußball-Club Köln 01/07 e. V. (chupate esa mandarina). Vamos por partes. El “1” aparece porque es el primer club de la ciudad. El 01/07 rememora los orígenes híbridos de este conjunto tradicionalista, mezcla del Kölner Ballspiel-Club (fundado en 1901, es decir: 01) y del SpVgg Sülz (fundado en 1907, o sea: 07). Por último, “e.V” significa “eingetragener Verein”, lo que se traduce simplemente como “club registrado”; similar al S.A. en algunos países de habla hispana.
¿Cómo los apodan? Las cabras. Obvio.
Hennes, en cambio, no tiene problema con el nombre: fue siempre Hennes, desde que cayó la mascota original por primera vez en 1950. Se sabe que la regaló un circo que pasaba por la ciudad, el Circo Williams. El dueño de la compañía se llamaba Harry Williams, un amante de los animales que dijo haber encontrado una cabra al costado de una ruta en uno de los tantos viajes de trabajo que hacía con sus empleados desde República Checa hasta Alemania. Esa cabra tuvo un hijo y él, casi como un chiste, le obsequió el animal al entrenador de entonces en el Köln, un tal Hennes Weisweiler que todavía era jugador además de DT. Como no supo bien qué hacer ni cómo reaccionar, el técnico decidió aceptar el excéntrico regalo.
Hennes le puso Hennes al primer Hennes y lo llevó a todos los partidos del equipo, tanto de local como de visitante. Como el amuleto trajo victorias, empezó a perpetuarse. Hasta 1960, la cabra viajó con el club a casi todos sus partidos. Algunas cuestiones de logística hicieron que suspendieran sus apariciones como visitante, pero la costumbre de tenerla en el estadio propio no se rompió. Durante la vida de aquel Hennes inicial, el Colonia ganó nueve títulos: dos Copas de Alemania Occidental, cinco Ligas de Alemania Occidental y dos Ligas de Alemania, a secas.
En 1966, aquel Hennes murió. Pero su espíritu ya se había transformado en parte del club, al punto de haberse adueñado del escudo. De hecho, originalmente el club vestía en el pecho el nombre del equipo y un dibujo de la Catedral de la ciudad. El logotipo modificado mostró a una cabra montada sobre aquel símbolo de antaño, que permanece hoy como personaje secundario en el bordado de todas las camisetas. El protagonismo quedó en las patas y los cuernos del animal.
La solución para mantener a la mascota la volvió a traer el dueño del circo Williams: les regaló otra cabra y la nombraron rápidamente Hennes II. Otra vez trajo suerte y el equipo ganó un título, pero su reinado duró sólo cuatro años. La leyenda dice que fue envenenada por hinchas del Borussia Monchengladbach, pero el sitio oficial del FC Köln desmiente esa versión y asegura que murió al ser mordida por un perro pastor.
En cualquier caso, la aparición de un segundo Hennes dejó el terreno plantado para una serie de sucesores que no parece tener un final cercano y que cuenta con un árbol genealógico bien documentado por un club que ahora considera a la cabra como parte de su identidad.
Hoy en día vamos por el VIII. El actual Hennes ostenta su cargo desde 2008 y es una celebridad amada por los hinchas y explotada a fondo por el club. El Köln guarda una porción de su página web para hablar exclusivamente de su mascota, vende merchandising –remeras, chocolates, perfumes, estatuillas y lo que puedan imaginar- con forma o dibujos de cabra, y le armó una página de Facebook al pobre bicho en el que publica videos emotivos y fotos en situaciones insólitas del tipo “montada en la patineta de volver al futuro” o marketineras del modelo “con los personajes de la Guerra de las Galaxias”. Las ventajas de tener una cabra incluyen ponerla a hacer cualquier boludez sin que pueda protestar en exceso.
La movida más extraña se dio hace poco, cuando se proyectó una imagen de 39.000 metros cuadrados del escudo del Colonia en la represa Hoover, en el río Colorado de Estados Unidos, para lograr el récord Guiness de “el Hennes más grande de la historia”. Acá el link para que vean que no estamos inventando. Imaginamos mucho fan del soccer conmovido ahí entre Arizona y Nevada.
Por supuesto, Hennes VIII sigue yendo todos los fines de semana a ver a su equipo, que ascendió a Primera nuevamente hace un par de temporadas. Aparece siempre al lado de la línea de cal, atada y manejada por un empleado del club llamado Ingo Reipka, que entra a la cancha con la mascota en un pasillo formado por porristas y básicamente ve los partidos sin pagar. De vez en cuando, Hennes se suelta y se resiste a ser capturado para delirio de la grada.
La cabra tuvo un momento de fama viral cuando el delantero Anthony Ujah hizo un gol y lo festejó colgándose de sus cuernos de manera un poco intempestiva. Los hinchas se enojaron tanto con el gesto, que el jugador tuvo que pedir disculpas públicas y se sacó unas fotos en el cumpleaños de la cabra, dándole de comer zanahorias como para demostrar que ya estaban en paz.
Hace relativamente poco, Hennes VIII se transformó en la primera cabra de la saga del Colonia en residir en el zoológico. Le cambiaron el domicilio porque el cuidador de antaño murió y su esposa se declaró demasiado anciana como para hacerse cargo del traslado hasta el estadio todos los fines de semana.
La buena noticia es que el aparato de locura no tiene pausa y los dirigentes se encargaron de que haya una cámara web que dieron en llamar “Hennes cam”, conectada a la morada de la cabra durante 24 horas. Los fanáticos pueden deleitarse con un Gran Hermano caprino.