¿Hasta dónde sería capaz de llegar Pedro Damián Monzón para reencontrarse con Edgardo Codesal? ¿Qué esfuerzo realizaría Hugo Sconochini para poder enfrentarse cara a cara con el árbitro griego Nikolaos Pitsilkas, verdugo del seleccionado argentino en el Mundial de básquet 2002? Estimados buscadores de venganza y explicaciones deportivas: en España se podrá ubicar al rey de las cruzadas revanchistas.

En el Mundial 2002, España cayó ante Corea del Sur en un partido con fallo polémico: le anularon un gol en tiempo suplementario que le habría dado el pase a semifinales. El culpable fue un juez de línea de Trinidad y Tobago. Y el tercer arquero de aquel equipo español decidió ir a buscarlo por el mundo en un velero. Lo peor de todo: lo encontró.

Se trata de Pedro Koke Contreras (¿quién?), el tercer arquero del seleccionado español en el Mundial 2002, protagonista de una aventura con millas náuticas y sabor a hazaña. El ex  guardametas emprendió en 2010 un viaje de más de 6.000 kilómetros en velero hasta Trinidad y Tobago para encontrar al ex juez de línea Michael Ragoonath, protagonista de un grave fallo arbitral durante el partido de cuartos de final entre España y Corea del Sur de aquella Copa del Mundo, histórico demonio en el inconsciente colectivo del deporte ibérico.

“En busca del linier perdido”, se denominó el proyecto por el cual Contreras decidió cruzar el Atlántico. Amante de la navegación y caprichoso en la búsqueda de una aventura extrema, el ex futbolista escogió el reencuentro con el colegiado como la excusa perfecta para iniciar su odisea.

En aquél partido entre españoles y coreanos, Ragoonath anuló un gol a Fernando Morientes en el tiempo suplementario, por la supuesta salida de la pelota por detrás de la línea de fondo antes de que Joaquín lanzara su centro. Los cientos de repeticiones de la jugada expusieron la falla del juez, y España luego fue eliminada en la definición por penales.

Lo más increíble de todo: lo encontró.

El esperado encuentro le demandó a Koke poco más de un mes y medio de viaje. Con tormentas hollywoodenses de escenografía y una misión casi de espionaje entre miembros de la Embajada española y dirigentes del Comité de árbitros de la FIFA, Contreras y Ragoonath se vieron las caras finalmente en el país centroamericano.

“Desde el comienzo me encontré con una persona afable, abierta y, pasada la timidez del inicio, muy conversadora. ¡Coño, hasta me cayó bien, el tipo!”, admitió luego Contreras.

Ragonaath reconoció inmediatamente su falla en aquella famosa jugada, y advirtió sobre las duras consecuencias que se le generaron para el resto de su carrera profesional. Fue su último partido mundialista, y casi ni tuvo posibilidades de volver a participar en encuentros internacionales.

Explicó también que él mismo le comunicó al árbitro del encuentro, el egipcio Gamal al Ghandour, que levantaría su bandera con cada adelantamiento de los arqueros. “Ni se te ocurra. No hagas nada, que es responsabilidad mía”, le retrucó el juez principal.

La reunión duró unos 90 minutos, y el ex arquero acudió con el mismo buzo que utilizó durante el Mundial de Corea y Japón.

Luego de compartir sus experiencias, Ragoonath emitió su mensaje, combinado en español e inglés: “España, favorito número uno to win the World Cup”, dijo respecto al Mundial de Sudáfrica, y firmó un banderín con la leyenda “For Koke, always friendly”.

“Yo no diría tanto que seremos amigos para siempre, pero le agradezco no sólo el detalle, sino que haya participado en este encuentro”, expresó Contreras días después en su diario de viaje.

La visita al enemigo mundialista número uno de España demandó semanas y kilómetros, pero finalizó con sabor dulce.

Contreras descubrió la simpatía por el diablo.


Publicado en el número 28 de Un Caño. Agosto 2010.