La Federación de fútbol de Nueva Zelanda acaba de transformar a su país en el primero en garantizar la igualdad total entre sus futbolistas, hombres y mujeres. Se trata de una de las primeras respuestas afirmativas a un reclamo creciente entre los equipos de primer nivel de la FIFA. Y que se enmarca dentro de la lucha por la igualdad de derechos que el movimiento feminista impulsa hace décadas, y que los últimos años logró un amplio consenso mundial.
El antecedente reciente si dio el año pasado en Noruega, donde la Federación firmó un acuerdo de igualdad salarial. Pero el caso neozelandés va más lejos. Las mujeres no solo recibirán el mismo pago por partido y los mismos premios económicos que sus colegas hombres. Además, tendrán los mismos derecho de imagen y la misma calidad en sus traslados (vuelos y hospedajes) que los varones al representar a su país. Por ejemplo, también viajarán en primera en viajes de avión de más de seis horas.
Sarah Gregorius, delantera de esa selección, aseguró que se trata de un reconocimiento importante al esfuerzo que las mujeres ponen en el deporte.”Es una increíble línea que acabamos de trazar en la arena”, afirmó en declaraciones a una radio de Wellington. “No importa quién sos, cual es tu género, cuando te ponés la camiseta de fútbol de Nueva Zelanda recibís el mismo tratamiento y el mismo respeto”, agregó.
Sin embargo, según la BBC, el acuerdo no va a causar mayor impacto económico para las futbolistas neozelandesas porque la selección masculina ocupa el lugar 133 en el ránking de la FIFA (las mujeres están en el lugar 20) y sus futbolistas solo cobran una fracción de lo que ganan las grandes selecciones del mundo.
Según datos de 2017, en la encuesta anual y global de salarios deportivos, el sueldo promedio para una mujer que juega en Primera División en Inglaterra es 27 mil libras. Eso es apenas el 1% de lo que cobran los hombres en la Premier. El mismo estudio asegura que la Premier inglesa es el torneo más rico y que paga los sueldos más altos en el mundo, por encima de La Liga española, la Serie A italiana, la Bundesliga alemana y la Ligue 1 de Francia.
El eurocéntrico informe no incluye datos sobre el fútbol argentino, otra de las ligas importantes a nivel global. Sin hacer demasiado esfuerzo, podemos recordar que las integrantes de la selección argentina que acaban que terminar terceras en la Copa América 2018, luego de dos años sin actividad, no tienen sueldo y apenas reciben 150 pesos por entrenamiento, en concepto de viáticos. Pero la AFA no tiene la costumbre de pagarlos. Messi y compañía, sospechamos, van a recibir, en tiempo y forma, un poco más cuando vayan a Rusia.
La diferencias de jerarquía y de escala de negocios son evidentes. Resta aclarar si la brecha salarial es equivalente o si eso es justificación suficiente. Los directivos se niegan sistemáticamente a discutir en público la cuestión. En Nueva Zelanda, en cambio, ya empezaron a ponerlo en duda.