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En mayo de 1934 el periodista Felix D. Frascara publicó en la revista El Gráfico una cálida charla mantenida con Mr. Charles D. Moffatt, un sobreviviente de la etapa fundacional del fútbol en la Argentina. El pionero insider había integrado en su juventud el equipo de St. Andrews, y marcado además, el gol que definió el primer campeonato organizado del que se tenga registro. Al momento de la entrevista tenía 64 años -había nacido en 1870- y el fútbol ya no le interesaba en lo más mínimo, pero sus remembranzas constituyen hoy, uno de los pocos testimonios directos que se pueden consultar sobre los míticos albores del fútbol nacional.

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unoUna casita en Temperley y dentro de ella, un matrimonio que en la curva de los sesenta, mantiene una admirable juventud espiritual. Bajo la frente lisa de Mr. Moffatt hay una mirada fuerte, cargada de recuerdos, que combate la vejez de la cabellera blanca, como la desmienten también esas dos piernas fuertes y combadas que, al sentarse, guardan todavía la clásica posición que adoptaban los futbolers británicos, alineados en un banco.

-¿Tengo que hablarle de la prehistoria del fútbol? Nadie hubiera dicho que aquel juego de los “ingleses locos” llegaría a lo que es hoy, ¿no es cierto? Seguramente usted me va a pedir que le diga si era mejor el fútbol de antes o el de ahora…

Destruyo en seguida el temor de Mr. Moffatt, en salvaguardia del concepto periodístico de El Gráfico y del mío propio.

-¡No, no! Yo no vengo a pedirle comparaciones. Ese es un lugar común. Yo quiero que me hable de su época, exclusivamente de su época.

-¡Así vamos bien!

Combatiendo el vicio

Charles Douglas Moffatt nació en Londres, el 5 de julio de 1870, y llegó a la Argentina en noviembre de 1889, empleándose en Walter Sons y Co. Luego en Hune Brothers, F.C. Oeste y, por último, F.C.S., de donde fue jubilado en diciembre de 1928.

-Creo que jugaba al fútbol desde los 6 años… Era un ejercicio obligatorio en el colegio, como después lo implantó aquí Watson Hutton. Los que ahora van a ver los partidos domingo tras domingo, en grandes cantidades, no saben, seguramente, el servicio social que prestó el fútbol para desalojar el vicio. Primero el reverendo Spillsburry, en Flores, y luego el cura Fleming, de San Andrés, lo usaron tanto para conseguir adeptos a la religión como para apartar a los muchachos jóvenes del “boliche”. Como es un deporte que conquista en seguida, el éxito fue inmediato. ¿Había que concurrir a misa por la mañana, para jugar fútbol por la tarde? ¡pues se iba, y con mucho gusto! Nosotros le dimos a nuestro team el nombre de la iglesia en que estaba el cura Fleming, como un agradecimiento por su ayuda.

El primer organizador

Cuando Mr. Moffatt ingresó como empleado en el Ferrocarril Sud, entre sus compañeros estaba A. Lammont. Ese fue el organizador del primer campeonato, disputado en 1891.

-Era pasión lo que sentía por el fútbol ese muchacho. Se pasaba la semana entera hablando del partido del domingo. En la oficina preparaba cartas, hacía carnets, se comunicaba con los adversarios. Tenía verdadera pasta de organizador… y además soñaba con tener una medalla, ganada por él. ¡Y la ganó!

Lamont consiguió llevar a la realidad sus propósitos. El mismo compuso el team de St. Andrews e hizo que participaran otros tres teams en el primer campeonato: los escoceses del “Caledonians”, casi todos obreros de la compañía que estaba colocando las instalaciones sanitarias en Buenos Aires; los operarios de los talleres del F.C.B.A. a Rosario, que venían a jugar desde Campana; y el team de “St. Lawrence”, compuesto por empleados, igual que el St.Andrews.

La comisión y el equipo

San AndresMr. Moffatt me tiende un paquetito sujeto con una goma elástica. Son carnets de la época. Entre ellos hay uno del que deben quedar tres ejemplares: ¡es el del St. Andrews Athletic Club, correspondiente a la temporada 1891/92! Su forma no se diferencia en nada de los carnets actuales. Lleva el número 17, está firmado por el secretario, E.- Morgan, y tiene esta advertencia: “Valido hasta febrero de 1892” En el mismo carnet figura la nómina de los primeros dirigentes del St. Andrews, que eran: Presidente: A.Grant; Vice: A. Colven; Capitán: W.Waters; Secretario: E. Morgan; Tesorero: W.H. McIntosh; Vocales: A. Lamont, G. Ellis, J.D. McIntosh, C.D. Moffatt, J.G. Black y A. Buchanan.

-Mr Grant, el presidente, era quien daba vida económica al club, corriendo con los gastos de pelotas, equipo, etc., en tanto que Lamont se ocupaba de la parte deportiva y corrió con la formación del team para disputar el campeonato, a cuyo efecto se creó la Liga Asociación Argentina de Football, que recién en 1893 fue reconocida oficialmente por las autoridades internacionales.

De las actividades desplegadas por Lamont y del entusiasmo que había entonces por el fútbol, intenso aunque repartido entre los pocos que conocían el juego, da una idea el hecho de que el “organizador” adquirió para el St. Andrews, el concurso de dos jugadores rosarinos, Penman y Francis.

El primer equipo del San Andrés estuvo compuesto por Walters (cap.), Carter, Penman, Lamont, McIntosh, Francis, Jeames Buchanan, Muir, Moffatt, Alex Buchanan, E. Morgan, Desborough y otros cuyos nombres lamenta no recordar Mr Moffatt.

Campeones de 1891

medallasEL St. Andrews Athletic Club logró clasificarse campeón en el primer certamen de fútbol disputado en la Argentina. Pero no fue “al galope” ni mucho menos. Hubo que jugar un match de desempate, porque ese team y el de Caledonians igualaron el puntaje en los partidos y revanchas que, de acuerdo con la reglamentación, se llevaron a cabo.

-El “Caledonians” pretendía que se le adjudicara el título a su equipo, ¡alegando que ellos habían marcado mayor número de goals en el transcurso del campeonato! Naturalmente, no se accedió a esa pretensión y la Asocición resolvió que discutiéramos el título.

St. Andrews ganó el match decisivo por un goal a cero y a Charles Moffatt le correspondió el honor de anotar el único tanto.

-Yo había jugado todos los encuentros, menos el último del campeonato, debido a que tenía un tobillo recalcado, el derecho. Reaparecí, pues, en el partido de desempate, pero imposibilitado de shotear desde lejos. Conseguí marcar el goal aprovechando un entrevero frente al arco de Caledonians. La pelota vino hacia mí y no tuve más que impulsarla con esto (la parte interior del pie), haciendo que traspusiera la línea y ganáramos, de ese modo, el primer torneo.

-¿Fue mucho público a ese encuentro?

-¡Oh, no! Solamente unos cuantos ingleses…Ahora, a una gran final, van las autoridades nacionales; entonces, ni sabían que existía tal juego…

 Viven sólo dos compañeros

De aquel team que venció en 1891 sólo viven tres de sus integrantes: Moffatt -que tiene dos hermanos, H.E. Moffatt en Libertad (F.C.Midland) y F.A. Moffatt, en Mendoza- Eduardo Morgan, más conocido por Teddy Morgan, que vive en Banfield, y Alex Buchanan.

El St. Andrews tenía su cancha en barracas, sobre la avenida Montes de Oca, detrás de la Compañía de Gas; el “Caledonians”, en el sitio que hoy ocupa la playa de cargas de Sola, y el St. Lawrence alrededor de Belgrano. En cuanto al F.C.B.A. a Rosario no tenía field propio, de manera que jugaba en el de sus adversarios.

-Las canchas de antes tampoco eran como las de hoy. Debían ser mucho peor, pero a mí me parece que eran más lindas…¡Terreno liso, sin tribunas, ni alambrados, ni barreras! En la nuestra, los límites estaban marcados por los edificios; en cambio, la de Caledonians era completamente abierta. Como no se cobraba entrada, no había temor de que se “colaran” los extraños; sin embargo, eran tan pocos los que se enteraban de esos partidos…

Sin redes y con dos referees

Las reglas del fútbol no han variado, en su aspecto fundamental, desde que empezó a jugarse. Las medidas de las canchas eran semejantes a las de ahora, en tanto que el peso de la pelota era algo superior.

-¿Y ya usaban las redes; y los linesmen…?

-Esas cosas eran, precisamente, las que faltaban. Jugábamos sin redes.

-¿Y los goals no se discutían?

-Nunca. Se tenía plena confianza en los referees. Estos eran dos; cada bando llevaba uno. Después, cuando empezaron las discusiones, se varió el sistema, creándose los dos puestos de linesman, bajo la dirección de un solo árbitro.

Duro con el arquero

ilusMr.Moffatt me enseña un retrato en el que aparece el team que vistió los colores del Lomas en 1892.

-Ese año no hubo campeonato. Ya me he olvidado de las causas. Si entonces yo hubiera supuesto que después de más de 40 años iban a interesar, tendría hoy todos los datos bien anotados. Es sorprendente la difusión que ha alcanzado el fútbol en este país. A propósito, ¿siempre tratan a los arqueros como los tratábamos nosotros? Yo, desde que abandoné el fútbol, no vi más que un partido: el que jugaron los Británicos contra el Southampton.

-Ahora, no puede ni tocarse a los arqueros, Mr Moffatt.

-¡Oh, en eso han cambiado! ¿Sabe usted cuál era el lema de los forwards? Había dos, el primero de los cuales podría traducirse así: “Tengan alejado al contrario y déjenme la pelota”. Esto le da una idea de que el fútbol de entonces se hacía a base de esfuerzos individuales, aunque no se olvidaban del todo las combinaciones. Y el otro lema rezaba así: “Trate de dejar knocked-out al goalkeeper o meterlo juntamente con la pelota dentro del goal”.

Cracks de la época

LomasLa fotografía del team de de Lomas está llena de cruces, corresponden a los compañeros que ya no existen.

-Este era un gran back, Charles Reynolds, y este otro, W. Leslie, un jugador que posiblemente no desentonaría en cualquier team de hoy, porque tenía un juego muy técnico. Pero respetando los méritos de estos dos, creo que el mejor jugador en aquel campeonato de 1891 fue Jack Sutherland, el centre forward del “Caledonians”. Ya en Escocia era un crack y aquí no había defensa para pararlo; tenía un juego completo, destacándose sobre todo por la gambeta, en la que demostraba un raro dominio de la pelota. El de los Caledonians fue, sin duda, el mejor de los cuatro teams que intervinieron en ese torneo. Nosotros le ganamos el campeonato por casualidad.

Es admirable este rasgo de sinceridad, que pinta por entero a un sportsman. A más de 40 años de distancia, sin testigos, casi, que puedan desmentirlo, Mr. Moffatt reconoce que el de los adversarios era el mejor conjunto.

-¿Había ya buenos backs y halves?

-No sé si hoy en día entrarían en la clasificación de buenos, porque, como le digo, no estoy para hacer comparaciones; pero el team e St. Lawrence tenía un centre half, M. Macadam, que para nosotros significaba un obstáculo muy serio. Los hermanos Fred y Sam Archer eran otros dos grandes jugadores, y ente los backs recuerdo a Waters, capitán de nuestro equipo, entusiasta, tesonero y recio; el forward contrario tenía que pasar la pelota para conseguir que Waters lo dejara. Tuvo un rival que lo aventajó en juego, ya que no en corazón: Gifford, del Caledonians, poseedor del rechazo más poderoso que yo he visto.

-¿Y usted, Mr Moffatt, qué características tenía?

-Ante todo, la velocidad. Gambeteaba también y combinaba, pero mi fuerte consistía en la ligereza. Dicen que cuando yo conseguía embalar hacia el arco, no había quien me diera alcance.

 De St. Andrews a Flores

Al ser reconocido el fútbol argentino oficialmente y al constituirse con bases sólidas la Asociación, los componentes del St. Andrews se repartieron entre los otros clubs. Charles Moffatt, después de jugar en Lomas los amistosos del 92, pasó a actuar por Flores, de cuyo equipo formó parte hasta 1899.

football-Como yo vivía en Banfield, me resultaba muy molesto trasladarme hasta Flores y por esa causa ingresé al Banfield Athletic Club. El cuadro de primera ya estaba constituido, de manera que acepté jugar en la segunda, ganando los campeonatos de 1898 y 1900.

Mr.Moffatt conserva también esas dos medallas, que el tiempo ha valorizado. Ha dicho “acepté jugar en segunda” sin recalcar la frase. Sin embargo, ahí aparece nuevamente el futboler de otra época, para quien no había ni pretensiones ni mareos…Jugadores de primera fila, actuaban en equipo inferiores por comodidad. Y no había castigos para quien faltara a un encuentro. Era tal el entusiasmo por jugar, que al notarse cualquier ausencia se descontaba que el motivo no era otro que una absoluta imposibilidad.

Charles Douglas Moffatt abandonó el fútbol en 1901. Posteriormente practicó el remo, la natación, el tennis y el cricket.

-Hacía mucho tiempo que no hablaba tanto de aquellas cosas. Están tan lejos… Ahora tengo otros hobbies: la radio, el ajedrez, la fotografía, mi jardín y el mate, al que me une la amistad de muchos años. El espejo y mis cinco hijos grandes me hacen olvidar que alguna vez fui insider derecho…

 

Publicado originalmente en la revista El Gráfico #774 12 de mayo 1934.