A Borges no le gustaba el fútbol. Quizás porque no lo entendía. O quizás porque lo entendía demasiado. El escritor tiene varias opiniones críticas pero destacamos una: “Son creo que 11 jugadores que corren detrás de una pelota para tratar de meterla en un arco. Algo absurdo, pueril, y esa calamidad, esta estupidez, apasiona a la gente. A mí me parece ridículo”.
A partir de esta frase, Mario Sapag, un gran imitador que tuvo su momento de gloria en los 80 con un programa llamado “Las mil caras de Sapag”, se burló (siempre respetuosamente) de Borges (y de unos cuantos personajes más). El caballito de batalla con el escritor era justamente su desconocimiento del fútbol. Cuando el imitador parodiaba a Borges y le preguntaban por el fútbol, respondía: “¿Y qué es el fútbol?”. Le explicaban: “Son 22 tipos corriendo atrás de una pelota”. Y el remate: “¿22 tipos corriendo atrás de una pelota? ¿Y por qué no le compran una a cada uno?”.
El año pasado, tiempo antes de la emotiva noche de Río Cuarto en la que jugó su último partido oficial, Pablo Aimar fue nombrado entrenador de la Selección Sub 17 y, en una entrevista con Página 12, disparó conceptos para guardar y coleccionar. Curiosamente, casi cuarenta años después, es como volver a escuchar a Borges. O a Sapag. “En el fútbol hay una pelota y 22 tipos y cada tipo la toca 3 minutos sobre 90. Es decir que cada uno juega 87 minutos sin la pelota”, analizó Aimar. Hasta acá parece una obviedad matemática pero el tema es la reflexión siguiente del ex crack de River: “Entonces, si vos conseguís moverte para que el gol lo haga un compañero, sos un genio. Si vos conseguís darle una solución al compañero y que él salga en la tapa y vos ni pintes, bárbaro, jugás para el equipo. Al final, los mejores jugadores son los que hacen jugar bien al otro”.
¿A quién no le ha tocado en el partidito de fútbol con los amigos ese habilidoso que quiere demostrar todas sus virtudes de malabarista de semáforo en apenas una hora? Ese que no se la pasa a nadie y genera que el bromista de turno, tire: “Pedí una pelota para nosotros y otra para él”. Se supone que el que llega a jugador profesional ya sabe estas cosas, pero sólo es una suposición porque si no Aimar no hablaría sobre eso cuando le preguntan por el individualismo en el juego. Entonces vale recordar un comentario de Guardiola a Busquets (¡a Busquets!): “A un toque eres el mejor del mundo, a dos toques eres muy bueno, a tres toques ya eres normal”.
Hacer las cosas que corresponden en esos 87 minutos que un futbolista no tiene la pelota es probablemente lo que lo transformen en un buen jugador de equipo. Ocupar un espacio, llevarse una marca, picar al vacío aunque no se la tiren, fijar a un defensor. En fin… la tan bendita y necesaria distracción para, en el momento que le toca, aprovechar la oportunidad. Después, sacando a los super cracks, en esos 3 minutos que tienen la pelota, cada uno en su posición, son todos más o menos parecidos (siempre y cuando entiendan el juego claro). Por eso, paradójicamente, la diferencia se hace sin la pelota. Y, más paradójico todavía, aprender a jugar sin la pelota aunque gracias a la pelota cualquier chico quiere hacerse futbolista. Quizás ahí esté la gran diferencia entre jugar al fútbol y jugar a la pelota.
La excelente noticia para el fútbol argentino es que un tipo que piensa como Aimar será el que le transmita su filosofía a las nuevas generaciones de jugadores. Y el que les inculque su pasión. “A mí me gusta mucho esa parte de este deporte. Porque hubo gente que me enseñó y ahora debo seguir el camino hacia las generaciones más jóvenes. Yo lo viví con José Pékerman y es el día de hoy que me acuerdo de sus enseñanzas. Paraba el entrenamiento y me decía: “¿A dónde está la solución?”. Pero te tiene que gustar el juego. Vos podés tener al mejor profesor de guitarra, pero si no te gusta tocar… Mientras más chico agarres al futbolista, si tiene esa pasión, mejor podés comprometerlo. Yo creo que hay una sola manera de conseguir la mejora de un futbolista y es la pasión. Sin eso no hay posibilidad de disfrute. Sin pasión, en el fútbol no hay nada. Necesitamos ese amateurismo. No podés ir a hacer horario de oficina en un entrenamiento”.
No, no podés.
(En youtube pueden encontrar varios videos sobre Sapag y sus imitaciones, pero acá les dejamos la de Borges. A partir del 1.35 es donde se burlan de su desconocimiento sobre el fútbol).