No está muy claro por qué, pero Sampaoli parece tener que batallar contra la extendida noción de que es un salame. Porque se sienta para dar la lista del Mundial y anuncia a Banegas (ay). Y anuncia a Pablo Dybala. Y se le ríen. Porque hace ruido. Porque son sus 23. Sus elegidos. Los hombres que tiene por sobre cualquier otro hombre para llegar a la gloria en el Mundial. Su selección. Y no sabe ni los nombres.
Son errores tontos, diríamos. Que no tienen nada que ver con su actividad principal: funcionar como entrenador de un grupo de estrellas. Mucha gente elige juzgarlo por cosas como ésa. O por su cholulismo explícito, porque viaja demasiado y elige compañías extrañas –como su jefe de prensa, en lugar de un ayudante técnico-, porque se saca fotos con los famosos, porque es más motivador que táctico.
Entonces miramos a sus 23. Y los comparamos. Con los 23 de Sabella, donde aparecían Basanta, Campagnaro, Ricky Álvarez, Augusto Fernández y Rodrigo Palacio. Más Maxi Rodríguez y Fede Fernández, que fueron perdiendo el puesto durante el Mundial. Más Gago, ídem. Y miramos la lista de 2010 con Garcé y Palermo-Milito-Tevez-Agüero-Higuaín, junto a Messi. Con Pozzo como tercer arquero. Y nos preguntamos si hay mucho para discutir, aunque no haya tantos indiscutibles.
Sinceramente, Sampaoli no parece un salame. Parece más bien un tipo al que le gusta armar equipos. Mucho más armar equipos que armar planteles. Mucho más armar equipos que anunciarlos. Mucho más armar equipos que dar conferencias de prensa. Y ojalá que sea bueno en eso: armar equipos. Y le salga bien en el corto plazo. Ya ha demostrado largamente que sabe hacerlo. Más allá de que hable con palabras innecesariamente complicadas. Yo vi jugar a su Chile y entendí lo que él quería.
Ahora tiene 23, y un poco de tiempo para trabajar.
Miremos de cerca.
Primero, el arco. Romero y Caballero. Armani. Guzmán afuera, pese a haber estado presente en el proceso de los últimos cuatro años, con tres técnicos distintos. ¿Por qué? Posiblemente porque Romero perdió el puesto titular. Según cuentan los cercanos al DT, el que va a arrancar en el arco argentino es Caballero, por su mejor juego de pies. Guzmán iba a pelear la suplencia con Romero. Ahora Armani peleará por la titularidad con Wilfredo. Puesto así es simple y futbolero. Romero es el tercer arquero. Quizá podría haber quedado afuera del Mundial, pero Sampaoli no se animó a tanto. Bastante atrevido será que no arranque como titular en un Mundial por primera vez en 12 años.
La defensa es la apuesta más osada de Sampaoli. Mercado, Otamendi, Fazio y Tagliafico se perfilan como titulares. Los suplentes son Ansaldi, Mascherano y Rojo. Dijo el mismo DT que Ansaldi puede jugar en las dos bandas, pero en todos nuestros recuerdos es lateral izquierdo. Igual que Rojo (sí, sabemos, lo llevó como central suplente, pero si se te lesiona un 3… ¿no puede jugar él?). Su incorporación a la lista es un misterio, aunque en los pocos partidos que le vimos mostró buen nivel. No parece explicarse tácticamente su inclusión. Parece que todavía falta un lateral derecho de calidad. Y ése es el punto más débil de la lista.
Sí se entiende desde la estrategia, en cambio, la ausencia de Pizarro en el mediocampo. Con Biglia-Lo Celso como titulares, Mascherano (jugador número 12, primera opción en defensa y en el medio ante un imprevisto) es la alternativa si Biglia se lesiona. ¿Pizarro iba a viajar para ser un posible tercer cinco? No habrá tercer cinco: no viajó. Banega es otra chance, aunque en principio reemplazaría a Lo Celso, serviría para cubrir ese espacio también. Ahí –valoración personal- puede tener un problema por su elección de elementos: ni Biglia ni Banega parecen garantía. Pero hay que respetar trayectoria, calidad técnica, potencialidad de Ever y un muy buen Mundial 2014 del ex Argentinos.
Los otros titulares en el 4-2-3-1 son Lanzini, Messi y Di María. Con Agüero arriba.
Las presencias de Salvio y Acuña se explican con un posible cambio de esquema. Pueden jugar como carrileros o entrar como opciones ofensivas por los volantes que ocupan el costado. Algo parecido pasa con Pavón, reemplazante natural de Di María como puntero izquierdo -en Boca lo ha hecho bien por ese costado- o por cualquier otro como wing derecho.
Meza, que puede ser un revulsivo, un hombre de buena actualidad y capacidad creativa en el medio, aparece como una esperanza. Un socio posible para Messi-LoCelso. ¿Pero dónde jugaría? Su inclusión en la lista está justificada en algún punto, porque fue muy bueno lo que hizo en la única oportunidad que tuvo. Pero nos cuesta pensar un escenario en el que llegue a pisar la cancha. Sí parece un acierto pleno dejar fuera de la lista a Centurión. Por lo deportivo y por lo extradeportivo, parecen más las complicaciones que las ventajas de elegirlo ahora por primera vez en el plantel.
Agüero es el 9. Dybala, que parecía el Messi muletto, apareció como un posible centrodelantero, según una respuesta del propio entrenador, que destacó su juego en esa posición. En ese escenario, Higuaín es el 9 suplente del 9 suplente.
No parece una lista de corte tan ofensivo como ha dicho buena parte de la prensa. Es cierto que no hay un 5 de corte, posicional, rústico, picapiedras, recuperador o como le quieran decir. También que parece faltar un defensor.
Sí, en cambio, parece una lista seria. Durante el Mundial ocurren cosas extrañas, a veces por variaciones en rendimientos individuales, a veces por lesiones, a veces por reorganizaciones tácticas. Sabella arrancó el Mundial 2014 con línea de tres. Cambió a un defensor central, a su cinco, e incluso al perfil con que el equipo llegaba a ese torneo, como un equipo al que le sobraba gol y le faltaba defensa. Al final se hizo sólido en defensa y le faltó gol. Y jugó la final del mundo.
Sampaoli todavía no empezó a trazar el perfil de su equipo mundialista. La sensación es que se quiso dar la mayor cantidad posible de herramientas para hacer lo que mejor hace. Armar un equipo. Para demostrar que no es un salame, aunque diga Banegas y Pablo Dybala.