Mucho se dice que las últimas noticias son todas en contra de Daniel Angelici. Repasemos: escuchas añejas saltaron ahora para demostrar cuánto le temen en la AFA. Tanto el presidente del tribunal de disciplina como el heredero directo de Julio I, Luis Segura, se prosternan, según este audio, con sólo oír su voz en el teléfono.
Luego se trompearon dos futbolistas en una práctica. No parece premeditado, toda vez que uno de los contendientes, Juan Manuel Insaurralde, tiene algunos antecedentes de mano larga con sus propios compañeros. Están dando vueltas por ahí las imágenes de un intento de ajusticiamiento a Jesús Méndez en un remoto entrenamiento de Boca. Patada primero, coscorrón después. Difícil que los medios silenciaran ese bocadito.
Por último, circuló una secuencia de alto nerviosismo de Ricardo Centurión, otro hombre de conducta sinuosa y farrista excesivo, según las malas lenguas. Cómo podrían afectarlo a Angelici estas escenas. Quizá un revisionismo extremo nos haría desconfiar de la pericia del Tano para comprar jugadores (sus objetores le cargan también a Daniel Osvaldo, que terminó a los tiros con la conducción bifronte de los Barros Schelotto). Él, a su vez, podría chapear con la repatriación de Tevez, gran suceso del mercado de pases argentino de los últimos veinte años. Por más que el itinerario del Apache encierre una curiosidad frustrante: se fue cuando por fin empezaba a jugar bien y los DT le habían dado forma a un equipo alrededor de su carisma.
Sin son balas hacia Angelici, pongamos que del lado de Clarín, por el tema de los derechos del fútbol, no lucen muy efectivas. El único tema que podría exponerlo de manera directa son las viejas grabaciones en las que presiona directivos de AFA para que beneficien a su equipo.
De todos modos, dudo que este destape confirme el trabajo sucio que suele imputársele como operador del Pro en el ámbito judicial. El Tano usaría, se supone, el mismo tonito de extorsionador light. Cosecharía la misma sumisión. Mucha operación asociativa para el público. En cualquier caso, la Carrió, con su frenesí mediático, le puede hacer mucho más daño a su carrera política (y al clan de la Alegría en general) que una colección completa de grabaciones.
Dentro del planeta fútbol, todo ha sido ganancia para Angelici, que, ni lerdo ni perezoso, aseguró que volvería a hacer todo lo que hizo. Qué más quieren los socios, hinchas, simpatizantes y amigos de Boca que contar con un presidente bien poronga que haga pesar en los escritorios la poderosa divisa que representa. ¿Qué tiene de malo apretar a un árbitro cuando se viene un partido crucial? Malo sería no apretarlo. Y entregarse mansito al libre albedrío del pito de turno, que en una de esas tiene ínfulas de tipo ecuánime.
El socio de Boca le ha renovado su confianza a Angelici con su voto porque de pronto se hizo la luz de una vuelta olímpica. Que su mandato sea la continuidad de la transculturación iniciada por Macri, orientada a convertir al club en una marca para gente very important y en un coto de negocios con escasos beneficiarios, no produce ninguna aflicción.
Al hincha sólo le importan los campeonatos. Y la virginidad de descensos. Lejos de desprestigiarlo ante su público, las escuchas fortalecen el liderazgo de un tipo que, a falta de luces y encanto, sabe encarnar el poder sin disimulos culposos.