El 3 de noviembre 1985 fue el principio de la revolución napolitana del fútbol. En el minuto 73, con toda la Juventus en su área defendiendo el arco de Tacconi, dos hombres discutían a altura del punto del penal, pero inclinados hacia la derecha.

La barrera estaba a tan sólo cinco metros de distancia y no había manera de convencer al juez de moverla para atrás. “No importa, tócala y yo me arreglo”, dijo el 10 del equipo napolitano a su compañero Eraldo Pecci. El centrocampista no sabía si creer o no a las palabras del capo de la revolución que se estaba llevando a cabo, pero finalmente le respondió: “Ok, hacé lo qué querés. Vos sos Maradona”. Y el pie izquierdo del Diego, que dos años atrás había sido lastimado por el defensor vasco Goikoetxea, dibujó una trayectoria impensable para el balón que acabara en la red del arco defendido por el pobre Tacconi, quien casi dio con la cabeza en el poste.

diego juveAquel momento fue la sublimación del acto de rebeldía del pueblo napolitano, desde siempre frustrado por su impotencia contra los tiranos del norte, cuyo máximo representante era aquella Juventus que parecía invencible.

La última vez que el Napoli había logrado imponerse al equipo de Turín había sido 12 años antes. Luego, la nada. Hasta la llegada de Maradona, que trajo luz e ilusión a una ciudad entera, que siempre había se había reflejado en su club de fútbol, capaz de levantar pasiones pero incapaz de llevarse algún trofeo. Aquel 3 de noviembre la ilusión de transformó en convicción: era posible ganarle a la Juventus y, de paso, ganar el anhelado scudetto, algo que llegaría el año siguiente.

“Fue una jugada que sólo un genio como Diego podría convertir en gol. Es la ventaja que tienen los grandes, que piensan y ejecutan cosas que los demás pueden apenas imaginar”. Así analiza Pecci el gol que dio la libertad de soñar al Napoli. Este domingo 11 de enero 2015 el Napoli vuelve a esperar a la Juventus en el mágico estadio, hoy más decadente y menos rebosante de mito y épica, pero siempre caliente como el Vesubio, el volcán de al lado que brota continuamente miedo y emoción a la vez.

Si el Napoli hoy en día puede hablar de tú a la Juventus y mirarla a los ojos sin miedo, es gracias a aquel gol del Diego que rompió el hielo para siempre. Gonzalo Higuaín y Carlos Tevez, ambos muy queridos por el mismo Maradona, se retarán en un encuentro que vale mucho más que tres puntos, sobre todo después de la victoria del Napoli en la Supercopa italiana. Se trata de un choque cultural, de una competición entre dos Italias muy lejanas y que entienden la vida y el fútbol de manera completamente diferente.

Pero en el origen de todo están el genio, la locura y el arte de Diego, que creó un antes y un después, que finalmente dio autoridad y gloria a un pueblo hasta entonces siempre derrotado y en la sombra.