Tinelli pretende ser presidente de la AFA (¿para luego ser el presidente del país?) y anuncia cada vez que puede que quiere otra AFA, más moderna, con otra organización, ¿más transparente? Sin embargo, un día un muchacho le dice que “no” y se transforma en un barra brava que se olvida del cargo que ocupa y del que sueña ocupar.
A esta altura algún desprevenido se preguntará de qué estamos hablando. San Lorenzo quería comprar a Nicolás Bertolo. El tema es que el club de Tinelli no era el único interesado en el delantero de Banfield. Uno de los competidores era nada menos que River. Pero claro, el conductor creía que a su billetera nadie le puede decir que no. Tinelli negocia con los que están arriba de él (el grupo Clarín, el gobierno…), pero no con los que están abajo. Los que están abajo le dicen que sí, le tienen que decir que sí. Pero no.
Bertolo también es millonario (por lo menos para el dinero que maneja “la gente normal”), pero está del otro lado del mostrador. Bertolo es un trabajador y Tinelli es un empresario. Bertolo tiene todo el derecho del mundo a hacer lo que hizo. A escuchar a unos y otros, a negociar. Y si le quiere decir a uno que el otro le paga más para conseguir un mejor contrato, también está bien. Es lo mismo que haría cualquiera de nosotros si un par de empresas se pelean por llevarnos. Y, probablemente, lo mismo que habrá hecho Tinelli en otros tiempos negociando con distintos canales que querían alguno de sus productos.
Bertolo, finalmente, eligió River. Como alguna vez Tinelli habrá elegido irse del canal 73 al 108. Y, como un señor, el futbolista declaró: “Aprovecho para agradecer a San Lorenzo, a su presidente, a Marcelo Tinelli y a Bauza, que más allá de su intención por llevarme al club, siempre que me llamaron lo hicieron con mucho respeto. Agradezco la oportunidad de San Lorenzo, que es un equipo grande, pero River es River y yo me había quedado con la espina el semestre pasado de vestir esa camiseta”.
Entonces, Tinelli, en vez de masticar su bronca en la intimidad por perderse a un buen futbolista, salió a sacudirlo públicamente:
“Leía declaraciones de este jugador de Banfield que no quiso venir y le agradecí a Dios por esto. San Lorenzo es muy grande”.
“Este muchacho de Banfield es una persona que siempre nos dijo que tenía la opción de San Lorenzo al mismo nivel que la de River”.
“Qué pérdida de tiempo para nosotros estar negociando con un jugador que declara que ya tenía tomada su decisión hace tiempo. Mamita”.
Todas estas frases de Tinelli no merecen ni un segundo de análisis pero confirman que el dinero, el rating y los seguidores no te dan el éxito y, a veces, no alcanzan. Y que en la AFA lo único que pueden cambiar son los apellidos, pero no las formas. Peor todavía se habrá sentido Tinelli cuando Bertolo confesó: “En lo económico, la oferta de San Lorenzo era superior”.