El partido de ayer no importa. O por lo menos no importará en las próximas líneas. Porque lo que hizo Porto en esta Champions League es digno de elogio y reconocimiento incluso después de perder 6-1. Y porque cualquier equipo del mundo habría sufrido una derrota similar frente a un Bayern Munich maravilloso como el que jugó el martes en el Allianz Arena. “Ellos, individual y colectivamente son tremendos. Liquidaron la eliminatoria en la primera parte”, dijo el entrenador Julen Lopetegui tras el partido y agregó: “hicimos una magnífica Champions League”. De eso se trata este texto.
Bayern Munich es el equipo que mejor juega en el mundo. Sin dudas. Cuando tiene una actuación como la de ayer, su fútbol es incontestable. Por eso, los méritos de Porto no se debilitan tras este 1-6 lapidario. Por eso decidimos hablar de todos modos de un equipo con un futuro muy brillante, que si no se desarma tiene varias Champions más por pelear.
Porto siempre está en la pelea. En la Liga local, si no sale campeón, termina segundo detrás de Benfica y en Europa sabe pelear tanto en la Champions como en la Europa League. Es un club que compra y vende como ninguno. Sabe cuándo invertir en un futbolista, luego lo potencia y finalmente lo vende en una cifra mucho mayor a la que pagó por él. Ese es su secreto. Contratar a jugadores jóvenes y convertirlos en estrellas. El actual plantel no tiene super figuras como no lo tenía aquel de 1987 ni el de 2004, el otro título europeo. Sin embargo, Julen Lopetegui logró formar un equipo sólido que sabe acomodarse a casi cualquier situación.
Lopetegui compartió plantel con Josep Guardiola en Barcelona y dirigió las Selecciones juveniles de España antes de hacerse cargo de Porto en el inicio de la temporada actual. Estos datos sirven para comenzar a conocer su estilo de juego. Aunque jugó poco y nada en los tres años que permaneció en el club catalán, mamó el estilo de juego que Johan Cruyff impulsó en el Camp Nou. Luego, pudo llevar a cabo esa idea en los combinados juveniles nacionales, que intentaban jugar del mismo modo que la mayor. Obtuvo buenos resultados, pero lo más importante es que logró imitar el estilo de la actual campeona de Europa.
El primer objetivo de Porto es manejar la pelota para aprovechar las cualidades técnicas de sus jugadores. Los once titulares tienen manejo e inteligencia para saber cómo y cuándo tocar. La idea es clara y está bien afianzada: paciencia, rotación y toque. Esa es la primera virtud del equipo. La segunda, y quizás la más importante en un torneo como la Champions, es que sabe adaptarse a las diferentes situaciones que plantean los rivales. En el juego de ida contra Bayern, se encontró con un adversario que fallaba en la salida y entendió enseguida que debía presionar a los centrales. Así llegaron los goles. Después, le cedió la pelota a un Bayern impotente e intentó salir de contra. Eso también lo puede hacer bien.
Danilo es una garantía en el arco. Es sobrio y sabe jugar con los pies. Maicon y Bruno Martins Indi son los defensores centrales. Son fuertes, tienen buen juego aéreo y, aunque pueden fallar en el mano a mano, se habituaron a jugar con las líneas adelantadas y no desentonan. Los marcadores de punta son una de las claves del buen rendimiento del equipo. Los jóvenes Danilo y Sandro son dos representantes dignos de la estirpe de laterales brasileños. Atacan con gran criterio, se asocian muy bien con los mediocampistas y los extremos y le dan frescura y velocidad a la salida.
Aunque, como bien afirmó Guardiola, Porto tiene un muy buen juego interior, uno de los fuertes del cuadro luso es cómo utiliza las bandas. Por eso, la presencia de los laterales es tan importante. Con la pelota en su poder, Danilo y Sandro son los primeros en mostrarse como oferta de pase. Es cierto que tienen problemas en el retroceso y esa fue una de las razones de la eliminación ante un adversario tan veloz como Bayern. Ambos marcadores de punta tienen mucho mejor ataque que defensa, lo que es más una decisión consciente del equipo que un defecto.
Casemiro es el mediocampista central. Llegó desde Real Madrid para cumplir la función de distribuidor de juego y lo hace muy bien. Es protagonista en la estructura defensiva porque debe cuidar las espaldas de sus compañeros y también es capaz de entrar en el circuito ofensivo. A su lado juega uno de los mejores valores del equipo, Héctor Herrera. El mexicano se ganó la titularidad gracias a que logró sumarle claridad a su potencia y decisión. Hoy, es el corazón del equipo. Tan importante en ataque como en defensa, es una de las piezas fundamentales en la estructura de Lopetegui porque le da intensidad a la idea de posesión y paciencia.
Cristian Tello u Óliver Torres completan el trío de mediocampistas. Aunque el sistema es flexible, ambos españoles saben llegar al fondo y también retroceder. Eso le da versatilidad al conjunto. Además, se asocian con naturalidad con los extremos. Quaresma y Yacine Brahimi juegan por afuera en el ataque de Porto. Experiencia y juventud. El portugués está atravesando su mejor momento en muchos años y fue uno de los protagonistas del triunfo en Portugal, gracias a su calidad y a su inteligencia para saber cómo y cuándo moverse. Por su parte, el argelino le otorga una velocidad más a cada avance del Dragón. La presencia de ambos es vital para ese buen juego exterior.
El centrodelantero es quien le da un salto de calidad a Porto. Jackson Martínez es lo más parecido a una estrella mundial que tiene este conjunto. Sabe todo lo que debe saber un nueve, es un gran definidor, toma buenas decisiones y tiene capacidad para retroceder y armar juego con criterio. Se ubica muy bien dentro del área, es inteligente para presionar (quedó demostrado en el partido de ida), tiene gran juego aéreo y es capaz de hacer goles incluso cuando el equipo no muestra volumen de juego. A sus grandes virtudes, le sumó coraje cuando jugó como titular incluso sin estar totalmente recuperado de una lesión.
En definitiva, Porto es un equipo que no le ganó un partido al super Bayern de Pep de casualidad. Lo hizo porque supo aprovechar los errores del rival y luego entendió cómo lastimarlo. Así lo entendió su gente, que recibió al plantel con aplausos y ovación el miércoles por la madrugada. Porque sus hinchas saben que el potencial está intacto, que para un plantel joven y de jerarquía como este, una derrota como la sufrida ante Bayern en Munich, sólo sirve para aprender.