Ahora sí hay que dárselas todas a Messi. Porque Messi las quiere. Las busca. Se posiciona. Obliga a sus compañeros. Los hace jugar. Los mira para que lo entiendan. Los busca. Los habilita… Los hace mejores. Y si Messi y sus compañeros son mejores, es mejor la Selección.
Es obvio que Bolivia no es medida para un equipo con los futbolistas que tiene Argentina. De hecho, las últimas veces que se encontraron fue una especie de sparring para la Selección. Lamentablemente, José Valenzuela, el árbitro venezolano, inventó un penal triste. Por dos motivos: porque el quite de Eguino a Banega fue tan limpio que dieron ganas de aplaudirlo y porque Argentina habría tenido otra exigencia y algo más de presión con un solo gol de diferencia en media hora de juego.
La muestra de que Bolivia no iba a ser rival se confirmó en apenas diez segundos. Sacaron los de Baldivieso pero Argentina tuvo dos chances de gol clarísimas en ese lapso. ¿Entonces qué puede dejar de bueno un partido con tan pocas equivalencias? La presión altísima de la Selección para recuperar la pelota y para que Bolivia casi no cruzara la mitad. Es verdad: hay que animarse a hacer lo mismo contra otros rivales y en otras canchas. Sin embargo, nunca viene mal ganar confianza. También se puede destacar a Pinola, que jugó como en Arroyito, por fútbol y personalidad. Y el compañerismo de un 9 goleador como Higuaín. Y no sólo para servirle en bandeja el primero a Mercado.
Pero, lo verdaderamente importante fue la decisión de Messi. Quizás haberse perdido los primeros partidos de las Eliminatorias le dio otro ímpetu para esta doble fecha. Porque ya en Santiago, la semana pasada, había dado buenas señales. Y la historia se volvió a repetir en Córdoba. Cuando se habla de la decisión de Messi no se habla sólo de querer jugar sino de algo más integral. Para querer jugar como él quiere, él tiene que elegir en dónde hacerlo. La banda derecha fue sólo una anécdota. Messi se movió por donde él quiso, por toda la cancha, igual que contra Chile. Eso es sentirse líder. Y demostrarles a todos que lo es. Por ahora no puede hacerles tomar mejores decisiones a Di María o a Banega, pero hay que darle tiempo. ¿O acaso no se lo ganó?