Víctor Blanco miraba a Facundo Sava y no le gustaba. Quizás, el presidente esperaba que el Colorado, en su primer semestre, ganara el torneo local, la Libertadores y el Mundial. Como Racing últimamente está tan acostumbrado a celebrar títulos… Blanco había tomado la decisión de despedirlo. A fines de mayo; sí, hace tres meses; el presidente declaraba: “Racing estaba para más este semestre. En el fútbol no hay excusas. Existen cláusulas para revisar el contrato cada seis meses”. Después de semejantes frases, era obvio que la aventura de Sava en Racing había comenzado su cuenta regresiva.

blanco350Lo que iba a ser no fue por un par de razones. Blanco quería la vuelta de Diego Cocca, pero su exigencia económica era demasiada para Racing. El otro técnico que pretendía el presidente, Eduardo Coudet, se quedaría en Central. Entonces, sin opciones, Blanco decidió estirar la agonía de Sava. ¡Y de Racing! Porque, ¿cómo va a trabajar en paz un entrenador al que ya le demostraron muy claramente que no lo quieren?

Un partido más tarde; sí, tres meses después; se inventó una Copa para que jugaran Racing y Lanús. Perdió Racing. Un partido como casi todos los del fútbol argentino, un partido que podía ganar cualquiera. Blanco echó a Sava y confirmó que Racing había desaprovechado tres meses de trabajo. Igual que 90 días antes, el presidente tomó una decisión sin tener un plan B.

¿Qué hacemos? Está Claudio Ubeda dirigiendo la Reserva. Que asuma él. Y Blanco lo respaldó a fondo: “Vamos a darle todo el apoyo a Ubeda de acá al martes, para la Copa Argentina. A partir de ahí nos juntaremos a ver cómo seguimos”. Racing, esta vez, le ganó a Olimpo y pasó de ronda. Un triunfo, apenas un triunfo, le dio a Ubeda la oportunidad de seguir un partido más. Mientras, Blanco seguía perdiendo el tiempo. Porque ni Luis Enrique, ni Guardiola, ni Mourinho ni nadie puede ganar todos los partidos. Y parece que, en este momento, esa es la ley de Blanco: si ganás, seguís. Si no, te vas. Por lo menos eso es lo que hizo con Sava y lo repitió con Ubeda.

Racing no pudo ganarle a Talleres en el debut del torneo y por eso Ubeda volverá a trabajar en la Reserva. Pero… ¿Por qué Racing no pudo ganarle a Talleres? ¿Blanco no analiza las circunstancias de un resultado antes de tomar decisiones? La realidad es que por la lluvia la cancha estaba imposible. Tan imposible como evaluar, en esas condiciones, el rendimiento de cualquier equipo. Por una sencilla razón: lo que tuvieron que hacer en Avellaneda los jugadores de Racing (y los de Talleres) no tiene nada que ver con lo que practican. Fue un partido inusual. Pero si Blanco lo consideró normal entonces Agustín Orión no tendría atenuantes para el error que cometió y obligó a Racing a jugar en desventaja casi desde el arranque. Y según la lógica de Blanco, el arquero debería ser crucificado. ¿O en realidad habría que crucificarlo a él, que fue el que lo trajo? No, por favor, si este presidente nunca pierde.