El fútbol argentino es muy cruel porque el ascensor de inferiores, en vez de subir de a un piso, lo hace de a cuatro. Antes, para ganarse un puesto había que esperar mucho tiempo. Hoy se sube demasiado rápido.

Y el chico aparece en Primera virgen de un montón de conceptos y enseñanzas. Se habla del Barcelona y acá no existe un patrón como el que se marca en La Masía. Por lo general, ante un mercado que depende tanto de las ventas, el chico está sometido a un examen riguroso en equipos en emergencia. Y probablemente no debute en el marco adecuado.

A ello se le suma que el mismo chico está preso de una necesidad económica propia y de su entorno. Lo somete el apuro por irse al exterior a cualquier precio. Esos valores no son amigos de la calma para incorporar conceptos.

argsub172Y todo se le distorsiona: no reconoce la autoridad, está obsesionado en su mundo, sólo quiere llegar a Primera y emigrar. En ese contexto, el representante es una especie de asesor ficticio que busca únicamente que la operación salga, que se haga en la mayor cantidad de dinero posible y en un corto lapso de tiempo.

Por eso todo el sistema está podrido. Habría que legislar para darle al fútbol argentino una transparencia que hoy está sospechada. Que un chico no pueda irse antes de los 30 o 40 partidos, que los técnicos duren al menos seis meses… Sentar las bases para que, en un país exportador, el fútbol sea más estable. Pero el chico a veces emigra sin siquiera haber sufrido una frustración. Por eso muchos se van rápido y vuelven más rápido todavía.

Yo me tomaba el fútbol como un juego. Llegué a Boca con 14 años y pasé del country a las inferiores sin problemas porque los entrenadores me ayudaron mucho, me dejaron crear. Los formadores de antes te decían dos o tres palabras y te daban un conocimiento del juego superior.

Hoy, en cambio, saben más de táctica que de futbolistas.

En vez de pulir o perfeccionar detalles, para lo que se necesita observar bien al jugador, eligen pensar si juegan 4-3-3 o 4-4-2. Y los chicos se privan de aprender cómo resolver problemas y situaciones. Cuando se inhibe la parte lúdica, se corrompe al juvenil. Al inculcarle la idea de que sólo sirve ganar, se lo convierte en un producto.

Siempre va a estar la joya, el talentoso, pero al haber muchos jugadores parecidos también hay más posibilidades de insertarse para esos que no vengan con tantos años de inferiores, que no tengan tanto conocimiento del juego. Sucede con los Funes Mori, que salieron de un reality show y están mostrando sobradas condiciones para jugar en Primera, tanto que River tiene la esperanza de venderlos en varios millones en poco tiempo.

Tampoco está todo mal. Hay gente capacitada en algunos clubes, que son los menos: Boca, Vélez y Lanús trabajan bastante bien. ¿Qué es estar bien? No sólo se trata de tener buenos docentes, sino que también hay que contar con todos los materiales, con las canchas en buen estado. Porque el chico debe sentirse estimulado hasta en pequeñeces como entrenarse con una pelota brillante.


*Publicado en el número 51 de Un Caño, septiembre de 2012.