Hace apróximadamente diez días, escribimos que el futuro de la Selección argentina, más allá de los contratiempos que está atravesando con empates y derrotas inesperadas (ante Venezuela, Perú y Paraguay) no era dramático ni mucho menos.
Se hacía una evaluación de cómo estaba la tabla de posiciones y una proyección de lo que podía pasar en el futuro.
Entre otras cosas, se decía, que los enfrentamientos ante Chile y Colombia serían decisivos para conocer el futuro, por la sencilla razón de que eran rivales directos.
Ahora el panorama cambió (no dramáticamente, pero cambió) ya que la FIFA le sacó a Bolivia los cuatro puntos obtenidos en sus choques ante Chile y Perú y revirtió los resultados por la indebida inclusión del defensor Nelson Cabrera en el conjunto boliviano.
Chile había igualado 0-0 en Santiago y le dieron el partido ganado por 3-0. Y Perú había perdido 2-0 y ahora lo ganó 3-0. Con estas novedades, la tabla quedó con Chile 5° (16 puntos,+2 de diferencia de goles y 18 convertidos), Argentina 6° (16 puntos y +2 y 11 tantos anotados) y Perú 8° (11 puntos y -3). Es decir, no sólo benefició a Chile y Perú con los puntos sino que además, en lugar de darles el partido ganado por 1-0 (como hubiera sido razonable), estipuló un absurdo 3-0, como si ese fuera el resultado más habitual.
De esta manera, hoy por hoy, el equipo de Bauza está afuera del Mundial y, para colmo, con el horizonte puesto en Brasil, a quien enfrentará como visitante en la próxima jornada.
Ya fue dicho que quedan 24 puntos por jugar y que el número mágico para clasificar es llegar a los 26. O sea que Argentina, para entrar en Rusia 2018, debería ganar por lo menos tres partidos y empatar otro.
Los rivales serán Brasil (visitante), Colombia (local), Chile (local), Bolivia (visitante), Uruguay (visitante), Venezuela (local), Perú (local) y Ecuador (visitante).
Es decir, con ganar los cuatro partidos que le quedan como local, no había problemas para ingresar a Rusia 2018. El asunto es: ¿está el equipo en condiciones de hacerlo? Si quitamos de la lista a Venezuela, hay que decir que Colombia y Chile son rivales complejos y que Perú, históricamente, complicó a Argentina cada vez que lo visitó por las eliminatorias. Y ni que hablar si a la dificultad normal del partido, le sumamos la presión que tendrán los argentinos para obtener un resultado favorable.
No hay motivos para preocuparse por ahora. Argentina tiene todo dado para clasificar, incluso si en el peor de los casos sufriera una derrota ante Brasil. Lo que por otra parte, si analizamos los antecedentes previos de uno y otro, aparece como bastante probable.
Como un detalle extra, mencionamos que para el partido ante Brasil, la Conmebol ya designó al árbitro que dirigirá en Belo Horizonte. En otro acto absurdo, designó al chileno Julio Bascuñán, quien discutió con Messi y echó a Dybala en el choque de Argentina contra Uruguay, en Mendoza. Sin ingresar en teorías conspirativas, hay que decir que no parece la mejor decisión, habida cuenta de que se trata de un juez proveniente de un país que disputa cabeza a cabeza la clasificación con Argentina.
Suena ridículo. Como tantas otras decisiones de la Conmebol. Un viejo periodista argentino, Juan de Biase, decía que en las cuestiones del fútbol no sólo había que ser honesto, que también había que parecerlo. Es evidente que en la Conmebol no conocen este tipo de máximas futboleras. ¿A alguien le sorprende? Lamentablemente no. Ya naturalizamos la imbecilidad.