Hace minutos terminó el partido entre Argentina y Bélgica y escribo este artículo con las manos todavía húmedas producto de los nervios.

Tengo la sensación que más allá de lo que pueda suceder en el próximo encuentro del miércoles, Argentina jugó el día de hoy como un equipo.

¿Por qué hago esta afirmación?

En el desarrollo del match se observó un grupo con objetivos claros y compartidos, así como contra Suiza en la cancha los jugadores mostraron que no querían ir a los penales, hoy el orden, la solidaridad y la confianza en el otro llevaron al equipo a semifinales.

Argentina 1930Messi no sólo apiló rivales en su corrida hacia el arco sino que además se tiró a los pies del adversario a recuperar la pelota, lo que le valió un llamado de atención del árbitro; por otro lado Basanta y Garay salieron de sus funciones de defensa para apuntalar el ataque.

Queda claro con estas actitudes que la “protección del compañero” y el salir a socorrerlo se han transformado en una de las bases del resultado exitoso.

Por otro lado, otro de los pilares de este entramado fue advertir que los reemplazos de los jugadores habitualmente titulares no rompieron la dinámica del equipo sino que, por el contrario, entraron a la cancha con seguridad, lo que demuestra que para el técnico (en su mente, al menos) no hay titulares o suplentes sino jugadores dispuestos para la tarea que el grupo necesita que desarrollen.

En este sentido, se inscriben las actuaciones de Biglia (en lugar de Gago), la de Basanta por Rojo y la de Demichelis por Fernández. En todos los casos, para aquéllos que consideraban a estos jugadores protagonistas de segundo orden, ellos demostraron que pueden ser verdaderos actores de primera, al igual que sus compañeros reemplazados.

No cabe duda que este pensamiento del entrenador fue captado por los jugadores, promoviendo ya no un conjunto de individualidades que se juntan en la cancha a jugar sino un grupo comprometido con un objetivo (al que se alcanzó) con humildad, comunicación y lo que se suma la pasión y la flexibilidad para cambiar sobre la marcha.

En este contexto el análisis del partido en cuanto al sistema táctico o la belleza del juego, quedan subordinados a lo que el equipo en su conjunto demuestra en el partido

Se apuesta al todo y no a una sola de las partes, no se recarga únicamente a Messi, se comparte con él y se juega junto a él, en un esquema donde todos son importantes, cada uno desde su lugar y en colaboración con el otro; lo importante es mirar al costado y encontrar al compañero que auxilie.

De esta manera será más fácil llegar a la final, así vale la pena intentarlo.