Si entre los dirigentes del fútbol argentino existiera algo de sentido común o sentido de justicia, esta nota no debería existir.
Pero lo más curioso es que incluso algunos periodistas amigos no terminan de entender el sentido de mi planteo: que esta 24ª fecha del torneo de Primera es deportivamente lo más injusto que se recuerde en bastante tiempo.
El fin de semana pasado, cuando dije esto mismo en Fútbol permitido, mis colegas me saltaron a la yugular: “¿No te gustan los clásicos?”, ¿Acaso pensás que San Lorenzo le va a ganar fácil a Huracán?”, me dijeron sin entender el planteo.
También me llama la atención que los entrenadores, tan atentos ellos a las cuestiones arbitrales o a algunas pavadas, tampoco levanten la voz. Siempre tienen a la mano la queja por los errores de los jueces para justificar alguna derrota o algún reproche por el calendario. Pero en este caso tan evidente, ni una palabra.
Lo que es tan claro para mí, ¿acaso no lo es para el resto de la humanidad?
Si bien en cada partido se puede dar cualquier resultado, ¿es lo mismo que Boca se juegue gran parte de sus chances de ganar el título ante River, mientras San Lorenzo enfrente a Huracán? O para decir lo mismo, pero de otro modo: ¿es justo que Huracán se juegue gran parte de la permanencia en Primera ante San Lorenzo, mientras sus adversarios (Nueva Chicago y Crucero del Norte) la disputarán contra Argentinos y Aldosivi? ¿Acaso nadie se da cuenta de que se está por jugar una fecha que pone desafíos de diferente nivel a conjuntos que pelean por un mismo objetivo? Y que es única, extra, irrepetible. ¿No queda claro que está mal que esto pase?
No estoy en contra de los clásicos, como se imaginarán. Estoy en contra de la injusticia deportiva. Estoy en contra de que los dirigentes no vean lo obvio, de que no se arme un torneo como la gente, de que el fútbol argentino sea un ejemplo del desastre organizativo, de que se inventen cosas extrañas al cohete.
Este torneo de muchos equipos (me niego a decirle largo) es bastante mejor y más interesante que aquel engendro de cuatro meses (“los apasionantes torneos cortos”) que tanto daño le hicieron a la cabeza de los hinchas y al fútbol argentino. Sin embargo, como casi siempre, la compulsión a ser original le gana a la racionalidad de hacer las cosas bien. Tal vez por eso se esté por disputar esta fecha 24, que puede resultar hermosa en lo que hace al espectáculo pero que es un despropósito desde el punto de vista de la equidad deportiva.
Insisto sobre el particular, para que no haya confusiones: me gusta la idea de que haya clásicos, me parece más que atractiva una fecha de estas características, soy consciente de que cualquiera le puede ganar a cualquiera y de que no hay resultados dados, pero también hay que decir que, otra vez, la justicia pasó de largo en el fútbol. River no es lo mismo que Huracán como tampoco San Lorenzo es Argentinos o Aldosivi, sólo para citar tres de las quince injusticias que se están por perpetrar este fin de semana.