¿Qué quiere decir un técnico cuando dice “hay errores de los árbitros que son muy raros”? Quiere decir algo que no se anima a decir abiertamente porque si lo hiciera debería dedicarse a otra cosa. Quiere decir que un árbitro no se equivocó porque errar es humano sino que se equivocó porque quería tirar al bombo a su equipo. Entonces, para atenuar el significado de la declaración, prefiere usar un eufemismo. Ahí queda la frase (“un error muy raro” o “no se entiende cómo no vio eso”) y, como decía Grondona, “todo pasa”.

falSon excepciones los entrenadores que no lloran después de un fallo arbitral y no hay ninguno que asuma que lo favorecieron después de un partido. ¿Hay algo más fácil que meter un gol a un metro del arco y sin arquero? Y, sin embargo, hay decenas de ejemplos de goles errados en esa situación. ¿Alguna vez alguien escuchó a algún técnico decir que “fue un error muy raro”? No, porque el técnico sería un inútil si no se diera cuenta de que en el plantel tiene a un futbolista que quiere tirar al bombo a su equipo. Y no, sobre todo, porque sencillamente son cosas que suceden. Como los errores del árbitro. El problema se hace más gordo si el llanto se transforma en sospecha encubierta. Esta semana fue Julio Falcioni, la semana que viene será otro y el mes que viene, otro.

No es necesario aclarar que a Banfield lo perjudicaron grande contra Racing. Era un partido decisivo para la clasificación a la Libertadores y el árbitro (la verdad es que no importa quién porque todos se equivocan; mejor dicho: todos nos equivocamos) no convalidó un gol lícito por un foul que no existió. El partido estaba 0 a 0 y, aunque nadie sabe lo que habría pasado al final, quién no va a elegir jugar con una ventaja en el marcador. Racing acabó ganando 3  a 1 y si un par de días después triunfaban dos de tres equipos (Estudiantes, Independiente y San Lorenzo), Banfield se quedaba afuera de la próxima Copa.

Entrevistado al día siguiente por el programa Estudio Fútbol de TyC Sports, el técnico de Banfield arrancó reconociendo que “me dura la calentura”. Hasta ahí, muy lógico. Cualquiera tendría exactamente la misma sensación. Claro que una cosa es estar caliente, muy caliente, recontracaliente y otra muy distinta es declarar: “Trabajamos por un año y en tres días te sacan todo”. Primero lo primero: fue sensacional el trabajo de Falcioni en Banfield. ¡Sen sa cio nal! Un equipo sin un gran presupuesto que tuvo problemas de todo tipo, incluyendo nada menos que la partida de sus dos mejores jugadores (Erviti y Silva) en el medio del torneo, fue capaz de colarse entre todos los grandes en la pelea. No sólo eso: fue el único que llegó a la penúltima fecha con alguna chance de birlarle el título a Boca. Obvio que, más allá de gustos futbolísticos, lo de Falcioni y sus jugadores fue sensacional. Pero cuando el técnico dice “en tres días te sacan todo” debería aclarar quién se lo saca. Porque, así, la frase suena a que el árbitro tenía orden de la AFA (¿o de más arriba?) para perjudicar a Banfield.

Por si no fuera poco, consultado sobre por qué creía que había pasado eso, Falcioni aceleró: “Y qué sé yo. Se habrán dado cuenta de que estábamos jodiendo ahí y no nos caíamos”. Lo curioso es que el técnico estaba hablando antes de tiempo porque todavía dos equipos tenían que conseguir una victoria para pasarlo en la tabla. Pero para Falcioni eso ya era cosa juzgada y dio a entender que Estudiantes, Independiente y San Lorenzo ganarían sus partidos. “Yo tengo 42 años de fútbol… Y… ¿por qué no jugamos todos juntos? Me parece medio raro. Todo ese esfuerzo y ese trabajo que hicimos durante el año lo perdemos por cosas que no pasan adentro de la cancha”. Sería bueno que dijera dónde son los errores del árbitro si no son adentro de la cancha. Sin eufemismos. Por cierto, nada dijo Falcioni sobre la injusta expulsión de Pinola en el partido contra Central a los 10 minutos de iniciado del juego.

Ah, ya todos saben que Independiente y San Lorenzo no pudieron ganar y que Banfield jugará la próxima Libertadores. ¿Lo consiguió adentro o afuera de la cancha? ¡Felicitaciones!