En esta redacción estamos de acuerdo: todos los sectores que tienen que ver con el fútbol colaboran para que el fútbol y lo que lo rodea dé cada vez más lástima. El hincha común, que se cree inocente y pide por la muerte de los hinchas rivales con su hijo de 9 años al lado. El futbolista que escupe a otro. El periodismo que valora el aguante como si eso fuera lo importante. Los dirigentes, la policía, los barras, los Panaderos… Todos tenemos que ver. Algunos mucho, pero todos aportamos nuestro granito.

Esta semana, Roland Garros nos obligó a ver mucho los canales de ESPN. Y en cada “inicio de espacio publicitario” nos encontramos con la promoción de la final de la Champions League entre Barcelona y Juventus del sábado. Ahí, Miguel Simón y Quique Wolff nos dejan dos frases horribles, por horribles y por innecesarias para promocionar semejante partido. “Héroes o nada”, dice Wolff. “Los verdaderos cracks se reciben de cracks en esta final”, dice Simón.

Y si una cadena formal, casi pacata, como ESPN nos baja este mensaje por un simple partido de fútbol (por más final que sea), confirmamos que el discurso más horrible ya cumplió su cometido. Dijo Bilardo que “del segundo no se acuerda nadie”. El Boca de Bianchi no se quedó a recibir la medalla de subcampeón tras perder la Libertadores con Once Caldas. Dos pequeños ejemplos que, ojalá, no sean ejemplo para nadie. Pero, lamentablemente, sí lo son. Porque, claro, sólo importa ganar. Y el que pierde… Ay, el que pierde…

Podríamos hacer una lista interminable de cracks que nunca ganaron una final de Champions, pero con Maradona alcanza. Algunos cracks ni siquiera la jugaron. Y también podríamos hacer una lista interminable de gente que gana, es repugnante y está lejísimos de ser “héroe”. El sábado, cuando ya se sepa el resultado, para ESPN y para muchos, Messi, Iniesta o Busquets serán NADA. O Tevez, Pirlo y Buffon serán NADA. Por eso, nosotros elegimos ser NADA.